María Fasce

Autora de 'El final del bosque'

«Lo que no te mata te hace más libre»

«La familia tiene más de infierno que de paraíso». Lo asegura María Fasce (Buenos Aires, 1969), que publica 'El final del bosque' (Siruela), la novela que le dio el Premio Café Gijón en su 74 edición. «El bosque es una metáfora de la oscuridad, la locura y el secreto», anticipa sobre un relato en el que indaga en los demonios y miserias familiares y sobre la a veces difusa frontera entre la razón y la locura.

Una pesadilla dio pie a esta novela con urdimbre negra. «En todo lo que escribo hay un misterio», dice esta reconocida editora al frente de sellos como Alfaguara, Lumen y Reservoir Books, autora de una docena de libros y que escribe «para entender las cosas que me perturban». Ha cumplido su promesa de «no publicarme jamás a mí misma» y sabe por experiencia que «la novela y el libro están más vivos que nunca».

«A la novela negra le viene bien el narrador no fiable», dice Fasce, justificando la elección de una protagonista en el filo de la locura: Lola, la mayor de tres hermanos, que acepta la propuesta de Juana y Andrés para pasar una temporada en el bosque de Peralta Ramos, enclave mítico de su infancia argentina. Perdieron a sus padres hace tiempo y el reencuentro, que promete ser reparador, se torna terrible. A la frágil Lola solo la escucha su joven vecino, con quien se encuentra en secreto a la hora de la siesta, hasta que un brutal incidente lo cambiará todo.

«La locura es a veces el refugio de la cordura. Cuando la realidad se hace insoportable, nos amarramos a cosas irreales, y esto da tranquilidad. Vivimos en la duda, en la incertidumbre, pero los locos no dudan, como tampoco lo hacen los fanáticos religiosos. La locura puede ser reconfortante», asegura Fasce.

Mete el bisturí en la familia para mostrar su lado más oscuro. «Sartre bien podría decir que la familia es el infierno antes que los otros. La familia tiene más de infierno, de pesadilla, que de paraíso o ensueño. Podemos elegir a la pareja, a los amigos, pero nadie elige ni a sus padres ni a sus hijos», dice para apostillar que «lo que no te mata te hace más libre».

«Soy escritora antes que editora. Desde muy jovencita mandaba mis cuentos y mis poemas a los periódicos y a los editores», dice Fasce, que compagina «de manera armónica» sus dos oficios. «Un editor es como un buen mecánico; si cuentas con un buen motor, obtendrás las mejores prestaciones del coche, pero no podrás hacer nada que no haya hecho el autor», dice la descubridora del trío Carmen Mola, valedora de los olvidados relatos de Lucia Berlin, las novelas de Elena Ferrante o de Sara Barquinero, protagonista con 'Los escorpiones' de uno de los más recientes fenómenos literarios.

De 'La novia gitana', primera novela de la saga de los Carmen Mola, le fascinó «la violencia moral, mucho más que la física». «Lo espeluznante no era el 'gore': era el sufrimiento por su hijo de la protagonista, Elena Blanco, un tormento shakespeariano», dice del personaje de la inspectora criminal que sus creadores han jubilado tras cinco entregas.

«Me aburro pronto con los libros», confiesa alguien a quien pueden bastar unas pocas páginas para detectar el talento del autor o su ausencia. «A veces recurro al truco de la página 99, que enunció Ford Madox Ford, que también era editor», explica. «Está claro que el autor pone toda la carne en el asador en el principio y en el final, pero es en mitad del relato cuando puede bajar la guardia y donde puedes calibrar lo que de veras te ofrece».

«La literatura y la edición viven un momento dulce, sí, pero es que nunca han vivido un momento amargo. Se ha matado a la novela en vano tantas veces... se ha querido enterrar al libro, y resulta que están más vivos que nunca», se ufana. «La ficción está en nuestro ADN; nacemos y morimos contándonos historias y así será siempre. Lo que el lector crea en su imaginación, espoleada por el relato, es insuperable. Nada es más poderoso que un libro», concluye.

Editora desde los 23 años, Fasce ha trabajado como traductora, periodista y crítica literaria y cinematográfica. Es autora de novelas como 'La verdad según Virginia' (2003), 'La naturaleza del amor' (2008), 'La mujer de Isla Negra' (2015) y 'Las vidas de Elena' (2023), con la que ya fue finalista del Premio Café Gijón. Con 'Dos extraños' ganó el Premio Ciudad de Buenos Aires y fue finalista del Nadal. Ha sido incluida en diversas antologías y ha escrito también la obra teatral 'El mar'.