Michael Jackson y Quincy Jones en los Premio Grammy de 1984. AP

La magia Quincy Jones, el camaleón de la música

El músico y productor, que comió rata frita de niño, recuerda en sus memorias que el primer máster del 'Thriller' de Michael Jackson era una «caca sonora de 24 kilates»

Martes, 26 de enero 2021, 18:29

El hombre que estuvo detrás de una buena cantidad de éxitos musicales del siglo XX, Quincy Jones, era en realidad un 'jazzman' empeñado en sobrevivir, y mantener a su familia, después de un gran fiasco que le hundió en la ruina. Cuando las big ... band languidecían, y los músicos precursores del swing empeñaban sus instrumentos en Nueva York, Jones armó una orquesta propia, inspirada en las de Duke Ellington o Count Basie, e hizo una gira europea que le secó los bolsillos. Trompetista decente pero sin el toque de su compañero Clifford Brown o Miles Davis, con quien chocó por un lío de faldas, Jones se volcó en su gran habilidad, los arreglos musicales y volvió a salir de una pobreza que conocía muy bien.

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De niño comía las ratas que él y su hermano cazaban para que su abuela las friera, relata en 'Q. Autobiografía de Quincy Jones', recién publicada en español por Libros del Kultrum. «Q» fue un diminutivo que le puso Frank Sinatra, la primera vez que subieron juntos a un escenario. Sinatra era la estrella y él, un director de orquesta de turno en Francia. Tocaron unas dos horas y Sinatra le dedicó a solas diez palabras. Entre esas estaba la inicial como un nombre. «Era un profesional», le recuerda Jones. Unos años después, Sinatra le llamaría para que produjera sus discos.

A su madre la internaron en un psiquiátrico y su ídolo, Charlie Parker, el célebre 'Bird', le birló una pequeña fortuna el mismo día que le conoció. El músico fundador del bebop desapareció con el dinero tras un camello y él tuvo que regresar a su hotel caminando y bajo la lluvia.

Aderezado con canutos de marihuana, conejitas Playboy y grandes pelotazos musicales, su carrera está repleta de paradojas del mercado musical. En la lista de hits tuvo innumerables canciones en el número uno y la mayoría se han olvidado con justicia. Mientras que en su época de jefazo de discográficas produjo discos de Dinah Washington, Dizzy Gillespie o Ella Fitzgerald que no se vendieron. Su gran éxito, el que le coloca por encima de otros productores todavía hoy, fue 'Thriller', de Michael Jackson.

Con el menor de los Jackson Five coincidió en 'El mago de Oz', cuenta Jones, y luego le produjo su primer álbum en solitario 'Off the wall'. Después vino 'Thriller', producido en apenas dos meses. El resultado, recuerda Jones, fue «una caca sonora de 24 kilates». Tuvieron que desechar el primer máster y retrasar el lanzamiento, aun cuando el single 'The girl is mine' ya se radiaba. Volvieron al estudio y repasaron todas las canciones. El resto es historia. Año y medio después que saliera el álbum el vídeo 'Thriller', de diez minutos, se vendió como una película de cine.

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Compositor de bandas sonoras en obras como 'A sangre fría' de Richard Brooks o 'El color púrpura' de Steven Spielberg, Jones pasó de hacer el tercer disco de Jackson e el himno generacional 'We are the world' a producir rap y hiphop, cuya actitud le recordaba a su añorado bebop, y prosiguió su continua mimetización musical.

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