Recreación del interior del edificio, con 6.500 metros cuadrados expositivos. Finn Partners Box Europe

Cuando el lujo abrazó el arte

La Fundación Cartier prepara la apertura frente al Louvre de un nuevo museo para celebrar sus 40 años

Abraham de Amézaga

Sábado, 28 de diciembre 2024, 18:17

Un lustro antes de que la pirámide acristalada de Pei se inaugurara para dar acceso al museo del Louvre a las afueras de París, un nombre unido a los diamantes y a otras carísimas piedras preciosas, el rey de los joyeros y al mismo tiempo joyero de reyes, ponía en marcha una entidad sin ánimo de lucro. Nos referimos a la Fundación Cartier de Arte Contemporáneo de la capital gala. Corría el mes de octubre de 1984, y puede que sin darse cuenta, o siendo plenamente consciente de lo que hacía, el ejecutivo Alain-Dominique Perrin revolucionaría el panorama artístico y cultural.

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La entidad se erigió bajo tres principios fundacionales, que todavía se mantienen vigentes. El primero de ellos, que no hubiera interferencias entre la firma Cartier y la Fundación, siendo ambas completamente independientes. Y el foco de la segunda ha estado dirigido durante estos 40 años tanto a artistas franceses como extranjeros. «Les ayudamos, los exponemos y les compramos gran parte de su obra», ha señalado el presidente, el primer gran mecenas en el universo del lujo de finales del siglo XX.

Perrin no ha estado solo en esta aventura. El célebre arquitecto Jean Nouvel le ha acompañado, sobre todo desde 1994, cuando la Fundación se ubicó en la capital gala, en el barrio de Montparnasse. A él le pediría «que hiciera un monumento de París; y lo logró». Una minimalista construcción de impacto, acristalada y de varias alturas, de parada obligada para los amantes del arte.

De cara a este 2025, la Fundación trasladará su sede a un gigantesco edificio de estilo haussmanniano, cuyo interior lo está transformando ahora por completo Nouvel. Son 8.500 metros cuadrados de superficie, de los que 6.500 serán expositivos; junto al Louvre, el museo más visitado del mundo.

Dentro del inmueble reinarán cinco innovadoras plataformas que podrán contener una tonelada por cada metro cuadrado a disposición de artistas y decoradores, algo inaudito en los actuales centros expositivos. Habrá un juego de luces, entre las artificiales del interior y la natural del exterior. Además, dispondrá de restaurante, auditorio y librería, siendo igualmente vecino de otros entes culturales, como el Museo de las Artes Decorativas, la Comedia Francesa, la Bolsa de Comercio-Fundación Pinault y la Ópera Garnier.

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Arquitectura sorprendente

Con una fachada de 150 metros de largo, del tamaño de la del Pompidou, forma parte del patrimonio nacional galo y respeta su aspecto original. La arquitectura interior, por el contrario, metamorfosea por completo el espacio del que antaño fuera un hotel, así como sede de los anticuarios de la ciudad. Un exterior que no anuncia la sorpresa que alberga el interior. Y es que «la arquitectura, como el arte, es siempre una sorpresa; hay que cultivar de modo perpetuo el misterio», en palabras de Jean Nouvel.

Perrin, a la izquierda, en el montaje de una exposición. Finn Partners

En estas cuatro décadas la Fundación ha presentado más de 300 exposiciones en Francia y en el extranjero, una colección de 4.500 obras realizadas por medio millar de artistas de 50 países y más de 200 libros publicados. Estas son sólo algunas de las numerosas cifras que se podrían extraer de la actividad de un centro de arte contemporáneo que figura desde hace décadas entre los lugares a visitar en la capital francesa por su programación e interesantes muestras. Como la primera retrospectiva en Europa de la colombiana Olga de Amaral (hasta el 16 de marzo de 2025), que ahora proponen en el edificio erigido hace tres décadas.

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Mientras se espera la finalización de las obras del nuevo inmueble, un libro-aniversario ha visto la luz, 'Voir venir Venir voir' (Ver venir Venir ver). Es un repaso a 40 años a través de fotografías e interesantes textos, donde el filósofo Emanuele Coccia se detiene en la rica programación artística. A finales del próximo año, cuando se abra el nuevo espacio, la muestra inaugural será la de la colección de la Fundación Cartier, una selección de sus ricos fondos.

El de Dominique Perrin ha sido el primer nombre del lujo en abrazar el arte. Después seguirían sus pasos la Fundación Loewe, en el campo de la música y la poesía; la Fondation Louis Vuitton, con su museo... Pero esa es otra historia. Si Salvador Dalí fue el primer artista de peso en colaborar con una creadora de moda, como es el caso de Elsa Schiaparelli, Cartier ha sido la primera 'maison' en erigir una institución independiente que impulsa y difunde la obra de artistas contemporáneos.

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