
Secciones
Servicios
Destacamos
Podrá llegar a manos de todos la más alta tecnología, ver la vida en HD y sentir que las pantallas son la verdadera ventana al mundo, pero la sensación de coger un libro y pasar sus hojas, sentir su tacto y leer las letras en negro sobre blanco seguirá siendo uno de los verdaderos placeres para todo ser humano.
León celebra el Día del Libro en 2022 con una buena salud literaria que bebe de una tierra que lleva siglos inspirando a autores para escribir sobre sus paisajes, sus gentes y su historia.
Noticia Relacionada
Un bagaje literario que impregna todos los puntos de la provincia y que se manifiesta, por ejemplo, en el servicio de bibliobuses, pionero en España y que desde hace más de 45 años lleva sobre ruedas la cultura a todos los puntos de la provincia.
Ootro ejemplo de esa buena salud es el plan 'Libros pueblo a pueblo' creado en 2020 por el ILC y que busca dotar de libros publicados por el Instituto de forma gratuita a todas las localidades que lo soliciten. Hasta el día de hoy, ya se han entregado 13.182 publicaciones en 201 localidades diferentes.
Pero sin duda la mejor manera de medir esa salud es sumergirse en la literatura creada por leoneses como Noemí Sabugal, el vasco afiancado en León, Alberto Torices, la maragata Violeta Serrano o el también vasco Miguel Paz Cabanas.
Violeta Serrano (1988, León) define ser escritora como «una aventura de riesgo». A caballo entre Val de San Román y Buenos Aires desde 2013, Serrano sabe de primera mano lo que es salir de León, como tantos jóvenes para buscar un futuro.
Una realidad que impregna su obra y que deja patente en su útlimo libro, 'Poder migrante'. «En él hablo de las posibilidades de volver a lugares como León porque no es que no haya talento, que hay muchísimo, lo que pasa es que muchas veces tenemos que salir fuera a buscar oportunidades».
Con León siempre como inspiración para su trabajo, Serrano sí considera que en la provincia se apoye la literatura, aunque echa en falta «que se apoye y se apueste por nuevas propuestas porque en ocasiones todo está demasiado encorsetado y creo que en los jóvenes sí está esa iniciativa que hay que escuchar».
El 27 de abril publica un nuevo ensayo, 'Flores de la basura', en el que habla precisamente de esa generación perdida que busca sacar de las crisis y la realidad actual oportunidades para reinventar el futuro.
Para Alberto R. Torices (Gernika, 1972) ser escritor en León es «tener muchísima suerte». Viendo la vida como una carrera de relevos en la que el testigo se pasa de generación en generación, Torices bebe de la escritura de aquellos que nos precedieron y que nutren a cada escritor.
Define la literatura y los libros como «una herramienta para enriquecer la vida, para satisfacer la curiosidad y para aprender y mejorar, mantenernos vivos en definitiva».
Y es que, aunque reticente a situar sus obras en ningún lugar concreto, admite que León sí está en lo que escribe, en sus gentes, su vida y sus experiencias.
Con siete libros publicados hasta el momento, el último de ellos, un conjunto de relatos cortos bajo el título de 'El trabajo está hecho', Torices asegura que León goza de una buena salud literaria «y ejemplo de ello son sus editoriales y el tejido de librerías que resiste a las crisis».
Si hay un ejemplo de cómo la realidad que una vive desde niña impregna su obra posterior ese es Noemí Sabugal. Natural de Santa Lucía de Gordón (1979), la historia minera de su familia ha inspirado a esta autora en su «largo camino».
Para Sabugal, León es «una provincia muy rica en lo literario, con una importantísima estela de autores que hay que intentar seguir porque es una literatura muy buena y con mucho peso».
Igual que los pantanos y la memoria sumergida en Llamazares o los paisajes en los poemas de Gamoneda, la montaña central y su historia minera marcan la literatura de Sabugal, que celebra los «ricos paisajes, el paisanaje y la historia de León».
Aunque reconoce que «escribir no es fácil y publicar tampoco», sí valora la la buena calidad de sus editoriales su público y el «gran movimiento literario con ágoras y espacios culturales que se podrían reforzar con más festivales literarios».
Ser escitor en una provincia como la nuestra es «saberse acompañado y exigido en nivel por una escuela de autores formidables». Así define Miguel Paz Cabanas lo que es ser autor en León.
Una tierra que «tiene muchos territorios, no solo en sentido geográfico, que son inspiradores» y que en el caso de Paz encuentra su sitio en Babia, «cuya tradición de relatos orales y de personajes inolvidables es magnífica».
Entendiendo la literatura como un modo de interpretar cómo es el mundo y qué es lo explica, Paz reconoce el papel de los editores de la provincia «realmente comprometidos con los autores».
Aunque sí siente el apoyo de los lectores a esta literatura de casa, con una «pizca de maldad» añade que «muchas veces da la sensación de que hay más gente escribiendo que leyendo», algo que hace extensible a otros lugares.
Actualmente se encuentra trabajando en un poemario y, en paralelo, en busca de un editor para una obra galardonada a finales de 2021 con el Premio de Narrativa Breve Ramiro Pinilla, que tiene una peculiaridad, pues además del premio al autor la entidad convocante, el Ayuntamiento de Getxo, aporta mil euros para facilitar su publicación. Una obra en la que, apunta, «sus protagonistas son un grupo de refugiados que van dando tumbos por un territorio hostigado por la guerra».
Publicidad
María Díaz y Álex Sánchez
Almudena Santos y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.