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Durante los años treinta del siglo XX el río Misisipi parecía un mercado de almas. Así lo relata la mitología creada como testamento de los músicos que expandieron el blues. «Partieron como gritos de protesta al hombre blanco, a esos americanos que siempre están con ... Dios para acá y Dios para allá. Dijeron 'pues yo el diablo'; no me asocio con el hombre blanco sino que con el hombre negro y tiramos del diablo para todos nosotros. De ahí nació toda esta leyenda», expone José Manuel Anguas 'Angux', un autor de cómic de sangre extremeña.
Creó el tebeo 'Avery's Blues' con homenajes como el de Clara Smith, la primera artista que invocó al diablo en sus canciones. Pero el que más presencia tiene es Robert Johnson, quien ayudó a plantear el punto de partida de una historia que no debería existir. «Se puede conocer la mitología del blues o de Paganini antes, de gente que ha pactado con el diablo. De Fausto incluso, o de mucho antes. En realidad la historia empezó ahí: ¿para qué va a querer el diablo un alma que en el caso de Robert Johnson sus primeras canciones son del 36 y hasta que murió en el 38 sólo tienes cuatro años? El diablo sabía que el alma de Robert Johnson iba a ser suya porque era mujeriego, alcohólico... ¿Para qué quieres pactar con esta persona si su alma lo vas a tener en tres años? Es un pacto malo para las dos partes, un tanto extraño. Ahí empieza a aparecer la primera idea que llevó a 'Avery's Blues' a una historia larga», plantea Angux.
Avery quiere ser una estrella recordada para la posteridad. Los bares ya sólo le proporcionan tragedia, deudas y esa depresión necesaria para el blues, así que no tendrá nada que perder si pacta con el diablo para destacar entre aquellos negros con sombrero y tirantes que escapan de lo terrenal para buscar pasaje en lo divino. Claro que Belcebú sólo aceptará porque jugar con la humanidad es lo único que le puede proporcionar diversión en un plazo corto de tiempo. Ahí se plantea una travesía con sorpresas ideadas por Angux y la dibujante Núria Tamarit para componer en torno al sentimiento azul. «Yo concibo el tebeo, toda la historia de Avery como un blues. Toda la historia es una sola canción, yo por lo menos me lo imaginé así: estando deprimido, como un grito de tristeza», recuerda el guionista.
La atmósfera de zoco humano ha permitido al guionista armar 'Avery's Blues', un tebeo con varias lecturas formado en torno a los malditos con guitarra. A pesar de disponer de un gran surtido de almas vendidas a Satanás, Angux prefirió crear sus propios personajes. «No quise hacer una biografía de ningún 'bluesman' porque además tenía el giro final bastante interiorizado y quería hacer una historia de uno que no hubiera existido», avisa el autor de un cómic en el que se reparten nombres clásicos de las llamas y la noche. No podía olvidarles. «Sí quería el recuerdo de Robert Johnson, de Skip James y de los demás 'bluesman'. Quería dejar pequeñas pinceladas sobre ellos, pero luego contar una historia totalmente ficticia de un' bluesman' que fue coetáneo e inventado», recalca el autor rodeado por algunos de los retratos de los inspiradores en el madrileño Jazz Bar.
«Todos los que he escuchado tenían condiciones para ser uno de esos 'bluesman' de aquella época, cada uno en su estilo, que vendieran su alma. Es que la temática de Robert Johnson está muy bien llevada porque como tantos y tantos mitos de entonces no se sabe cuál es la historia real y cuál es la historia ficticia, porque por ejemplo en aquella época todos los negros se apellidaban Johnson y muchos se llamaban Robert. Incluso hay dudas sobre si murió o cómo murió, aunque la oficial dice que murió envenenado por un marido celoso. Se supone que empezó tocando la guitarra, creo recordar, con un músico que aprendió tocando en las tumbas. Este músico sí sería un detalle, porque un tipo que va por las noches a un cementerio a tocar encima de una lápida muy bien no tiene que estar», reconoce antes de reír.
Alcanzado el punto final de una historia con segundas lecturas es el momento para el planteamiento personal delante de una cerveza y con un eco del pasado repartiendo sus quejas con una guitarra por los altavoces. «¿Pactar con el diablo? Yo creo que todos lo hacemos de una forma u otra. Lo más parecido que tenemos al alma es nuestro tiempo libre, lo que dedicamos a nuestros hijos, o a escribir mi caso, o a cosas que verdaderamente nos gustan; y lo más parecido al diablo que puede encontrarse el dinero. El tiempo libre al final es lo que intercambiamos por ese dinero. No sé yo hasta qué punto estamos pactando con el diablo día sí y día también. Por lo menos en mi caso, yo me tiro un montón de horas trabajando en algo que te da de comer y dejo atrás muchas cosas como la familia», expone Angux después de pedir una tarde libre de su trabajo como administrativo para acercarse a Madrid a conceder la entrevista. El resto de días laborables le exigirán 13 horas desde que salga de su residencia en Getafe hasta que regrese al hogar con su esposa y sus dos hijos. Entonces es el momento para insistir un poco más con la propuesta teórica. Responde con una gran carcajada: «Se puede decir que es una parte bastante cómoda, lo que pasa es que la eternidad pesa mucho. Te tienes que tirar toda la eternidad pagando y eso es demasiado».
Editorial: Dibbuks
Colección. Aventúrate Emociónate
Dibujante: Núria Tamarit
Guionista: Angux
80 págs.
Cartoné
Color
20 x 28 cm
Precio: 18 €
Género: Música. Adulto. Aventuras.
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