Marian Izaguirre: «Los recuerdos están atados con alambre de púas»

Martín, el hijo de una familia obrera de Bilbao, y Henar, una joven que viste de Balenciaga en su puesta de largo, protagonizan una historia de amor interclasista en la que la narradora juega con las dos voces, intercambiándolas, para que el lector tenga ambos puntos de vista y saque sus propias conclusiones sobre una relación que se prolonga tres décadas que a Izaguirre le ha tocado vivir. «Los recuerdos están atados con alambre de púas», afirma la autora de 'La vida cuando era nuestra', 'Los pasos que nos separan', 'El león dormido' o 'Cuando aparecen los hombres'.

El paso del tiempo, cree Izaguirre, es implacable con todos, sin excepción. «Igual que la ropa se nos queda vieja, los seres humanos no podemos ser toda la vida como éramos a los 17 años, aunque podemos conservar algunos rasgos de personalidad», subraya la escritora, que ha introducido una subtrama de suspense, además de un retrato sobre la evolución de los derechos de la mujer durante la dictadura de Franco y la democracia.

«En los años 60, no era habitual que el trabajador de una fábrica pudiera entablar una relación con una joven que perteneciera a la alta burguesía», explica Izaguirre. En 'Después de muchos inviernos' Martín y Henar tratan de superar el severo juicio de la sociedad conservadora de la época, con dos ambientes de fondo: la costa vizcaína, donde las fiestas de los ricos se tocan sin mezclarse con los jóvenes que pescan, y el Madrid que comenzaba a respirar la libertad que traían las estrellas de Hollywood llegadas a España a rodar las películas de época.