El escritor leonés Luis Mateo Díez, Premio Cervantes 2024, apeló este viernes a la lectura como recurso «hacia una vida interior» y abogó por «el reposo para salir de tanta invasión, con el objetivo de reconducir un poco nuestra experiencia». A su juicio, la necesidad de la lectura, en un contexto que dibujó algo desolador, se justifica en que los medios tecnológicos cuentan con una «superación excesiva y frágil de la memoria», si bien no se mostró en contra de las nuevas tecnologías, «sino en el uso que se hace de ellas».
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En un encuentro con los medios de comunicación, horas antes de pregonar la 57 edición de la Feria del Libro de Valladolid, Díez señaló que mostrará una «reflexión sobre la lectura, mediante la que se accede a los libros». Incluye también un prólogo previo en el que «poder divagar sobre el arte, el pensamiento y el compromiso con la vida». «Vivimos unos momentos en que los excesos que hay de realidad y actualidad, y el asedio de los medios tecnológicos, produce un cierto saqueo de lo que somos, de nuestro interior, de la vida interior de cada uno, lo que cada uno somos», expuso, en declaraciones recogidas por Ical.
En este sentido, apostó por «ese espacio de experiencia como complemento para retrotraerse hacia dentro y no tanto del exterior», en ese «asedio que proviene del progreso»; y amplió que «puede haber una deriva que afecte al sosiego de los libros».
A su juicio, los «espacios de libertad personal son íntimos, no solo un espacio invadido por compromisos políticos y sociales o viejas ideologías y creencias». «Creo que el poder de la imaginación es el más fuerte para salir de ello. Ahora es un buen momento para hacer una requisitoria de la imaginación», sostuvo Díez, quien consideró que la Feria del Libro «puede ser un espacio vivo de la imaginación».
En todo caso, aseguró que no tiene «ninguna receta para salvar nada». «Yo escribo de lo que me da la gana. No me someto a las exigencias que me pudiera suscitar el interés de determinadas modas, problemas y asuntos que están en la cresta de la ola, sobre la sociedad actual, confrontación ideológica y en el sentido de lo que somos. Y lo que me da la gana son unas fábulas no sometidos a ninguna moda», precisó.
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Luis Mateo Díez puso de relieve que el libro es un «elemento natural, histórico y clásico, desde que existe como objeto, para tener conciencia de la sucesión de los tiempos y cómo ha llegado hasta nuestra actualidad».
También se refirió al español como idioma, con su «variedad, que no solo es el peninsular», que supone el ocho por ciento de los hispanohablantes. Y tuvo palabras para la Academia de la Lengua, que «ha trabajado en una conciencia común del español, con una lengua que tiene tantas variaciones y una gran creatividad en lo coloquial, algo que se observa viajando por España». En este punto, se consideró un «francotirador de la lengua».
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El escritor leonés se refirió también a su última novela, El amo de la pista, que «acaba de ver la luz». «No sé lo que me dirán los lectores», comentó el autor, sobre la valoración que le han transmitido hasta ahora. «A veces es un poco inquietante estar en una caseta esperando a que venga alguien. Es un acto muy privado, pero interesante. La experiencia con los lectores es muy grande», sostuvo Luis Mateo Díez.
Admite que «no es es escritor de grandes cifras», pero tiene «la suerte de la presencia de un tipo de lector cómplice, y eso en la Feria es muy habitual». «Entre ser escritor y lector, elegiría ser lector, sin ninguna duda. Es una experiencia inagotable», se despidió.
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