Ken Follett, en la presentación 'La armadura de la luz', quinta y última entrega de 'Los pilares de la tierra'. A. Pérez Meca/EP

Ken Follett recrea los traumas de las guerras napoleónicas y la Revolución Industrial

El escritor, que ha vendido 188 millones de libros, publica 'La armadura de la luz', una novela que enfrenta al progreso con la tradición

Jueves, 28 de septiembre 2023

Ken Follett se presenta atildado, viste chaqueta y camisa blanca y corbata y botines negros, una estampa sobria que contrasta con los colores apagados de las paños y tejidos que se exhiben en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, en Madrid, escenario escogido ... por su editorial para presentar la nueva criatura de este hacedor de 'best-sellers'.

Publicidad

El escritor, una máquina de hacer dinero, ha vendido 188 millones de ejemplares de sus 36 libros, despachados en medio mundo y traducidos a una treintena de idiomas. El novelista es noticia porque acaba de publicar 'La armadura de la luz' (Plaza & Janés), quinta y última entrega con la que se cierra la exitosa saga 'Los pilares de la Tierra'. Follett ha cuajado una ficción en la que aborda las consecuencias de la Revolución Industrial entre los siglos XVIII y XIX. Una época convulsa en la que los conflictos y la brutalidad se vieron exacerbados por la guerra entre Gran Bretaña y Francia, una contienda que desangró a Europa y que alcanzó su punto culminante con la batalla de Waterloo. «El advenimiento de las máquinas trastocó muchas vidas. Los elevadísimos impuestos sirvieron para financiar una guerra que, unida a los precios altos y a la duplicación del precio del pan, generó mucho malestar», asegura Follett, que ve un paralelismo evidente entre aquellos años y la Europa azotada por la guerra de Ucrania. La amenaza que para mucho suponía la mecanización de los telares se llama ahora inteligencia artificial, digitalización y robots.

La trama de la novela, profusamente documentada, se ubica en la ciudad ficticia de Kingsbridge, en 1792, y concluye en 1824. El narrador sigue el rastro de un grupo de familias cuyas vidas sufren un vuelco dramático por la nueva era de las máquinas, algunas de las cuales acabarán destrozadas a manos de los luditas, trabajadores furiosos por la degradación de sus condiciones laborales y una jornadas laborales extenuantes que para colmo se agravaron con una reducción de la mano de obra. «Leo muchos libros de historia y en ellos encuentro material para escribir mis novelas. Si hay suficiente drama y conflicto emocional los libros funcionan. Sin conflicto no hay historia», apunta Follett, de 74 años.

'La armadura de la luz' es el quinto libro de la saga 'Los pilares de la Tierra', novelas que sumadas a la trilogía 'The Century' componen un friso del último milenio de la civilización occidental. Sabedor de que los lectores se apasionan con las andanzas de la gente común y no tanto con las tribulaciones de reyes y emperadores, Follett cuenta las desventuras de la hilandera Sal Clitheroe, el tejedor David Shoveller y Kit, avispado hijo de la primera.

Corrección política

El autor no se siente constreñido por la corrección política y admite que siempre se ha encargado de pintar en sus historias personajes variopintos. «Suelo poner de heroína de mis novelas a una mujer. Fui listo, lo reconozco. Una vez en una librería de la Quinta Avenida de Nuevas York se presentaron a una firma de libros dos mujeres afroamericanas que iban algo achispadas. Me dijeron: «nos encantan sus libros, pero les falta color. Era verdad. Desde entonces procuro introducir más diversidad», alega el escritor, que no ha dudado en indagar en el amor homosexual de dos hombres aterrados por ser descubiertos.

Publicidad

Si hay un denominador común en su narrativa ese es la libertad. «Estoy fascinado por cómo la gente ha luchado por la libertad… y ganado. Gran parte de mis historias tratan fundamentalmente de eso. He escrito sobre las sufragistas, los derechos civiles, el afán de experimentación científica frente a la reacción de la Iglesia. De ahí surgen las grandes historias. El tema que subyace en 'La armadura de la luz' es la libertad de expresión».

La guerra está omnipresente en su obra, tanto como los amores contrariados y venturosos, que a la postre son los que enganchan al público. «Me encantan las historias de amor, no lo puedo evitar. Y la guerra hace que lleguen al clímax las tramas emocionales». En esta entrega hay mucho olor a pólvora, se habla de una guerra que duró 20 años y, en lo que concierne a España, a los campos de batalla de Ciudad Rodrigo y Vitoria, una ciudad a la que está unida por lazos afectivos. «Ayudé un poquito a recaudar fondos para la restauración de la catedral de Vitoria y al final me hicieron una estatua. Mis hijos se burlan de mí, me preguntan si es una figura ecuestre y mi hijo adoptivo me interroga sobre si voy desnudo».

Publicidad

Amante de la buena vida, el vicio de Follett es hacerse trajes a medida en algunas de las refinadas sastrerías de Savile Road, lugar que frecuentan los miembros de la familia real británica. En la antigua Fábrica de Tapices, a Follet se le veía en su salsa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad