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Bram Stoker fue un niño que creció escuchando los cuentos de terror que su madre, Charlotte Thornley, le relataba todas las noches. En ese ambiente gótico, la imaginación cabalgaba hacia vampiros sangrientos que habitaban lejanos castillos. Así nació 'Drácula', la obra maestra del escritor irlandés ( ... 1847-1912), pero también su maldición: el conde de Transilvania ocultó el resto de la obra literaria del autor. La editorial Páginas de Espuma ha cubierto este vacío recopilando los 'Cuentos completos de Bram Stoker', tres libros de relatos y 27 artículos más que permanecían entre tinieblas y que ahora, por fin, ven la luz.
«'Drácula' no fue fundamental en la biografía de Stoker», explica Antonio Sanz Egea, el especialista encargado de levantar esta obra de referencia que recoge textos que parecían perdidos. Durante años, Stoker publicó textos en periódicos australianos y norteamericanos, guardó otras obras y hasta quemó parte de sus cartas, temiendo quizá que revelaran demasiados detalles de una biografía que incluía la falsificación de su licenciatura cum laude en Matemáticas en el Trinity College, un excelso amor por el deporte (creció y llegó a medir dos metros y fue un gran atleta y remero), el trabajo en un castillo de la mano de su padre y la misteriosa amistad con la familia de Oscar Wilde.
Casado con Florence Balcombe, precisamente exnovia de Wilde, Stoker estuvo unido desde muy joven al actor Henry Irving, que le transmitió su amor por el teatro y con el que, según los rumores de la época, compartía una relación sentimental. En realidad, durante más de 30 años, Stoker dejó de lado su faceta literaria para centrarse en gestionar el teatro que dirigía Irving en Dublín y en expandirlo hasta Londres, donde dirigía toda la actividad de la compañía.
En 1881 había escrito su primer libro de cuentos, 'El país bajo el ocaso' (el más personal, en el que relataba su infancia de niño débil postrado en una cama), pero los últimos 15 años de la vida de Stoker fueron los más productivos. En 1897 publicó su obra maestra, que le dio algo de dinero, pero tampoco le permitió una vida opulenta, ni mucho menos, y después llegaron 'Atrapados en la nieve' (1908) y 'El invitado de Drácula y otros relatos inquietantes', este ya editado en 1914, tras su muerte, por su mujer.
Balcombe se convirtió en depositaria del legado de Stoker y ella y sus herederos supieron sacarle más partido a 'Drácula' que el propio escritor. Supervisaron todas las adaptaciones teatrales y cinematográficas de 'Drácula' e incluso estuvieron a punto de impedir la distribución de la película 'Nosferatu', en 1922. El escritor había fallecido pobre, enfermo y olvidado.
«Stoker tocó todos los palos», apunta Sanz Egea. «En su obra se ve la influencia de 'Alicia en el país de las maravillas', que se había publicado en 1865, y también de juegos matemáticos, cómicos... Hay mucha diversidad estilística y temática», resalta el responsable de este libro recopilatorio que busca reivindicar la faceta menos conocida del creador de 'Drácula'. «Ni él ni las personas de su entorno llegaron a considerarle un escritor de primera», agrega.
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