La Feria del Libro de Laciana culmina con una gran acogida por parte de un público muy diverso

Este año el Ayuntamiento de Villablino celebró por primera vez la Feria del Libro en el Pozo María haciéndolo, además, con una temática clara: la mina, la lucha y la tsingua. El patsuezu se mezcló con las memorias de la lucha obrera del Valle mientras se miraba al futuro, rescatando la valentía y la solidaridad de nuestros predecesores mineros. Como dijo Alejandro Martínez en la encuentro Mina, Lucha y Literatura se podría explicar la historia de España sin salir del Pozo María.

También Lorenzana, minero y conocido en el Valle, arrancó aplausos del público haciendo un llamamiento a la solidaridad y al respeto como bases de nuestra sociedad, mientras señalaba las más de 50 fotografías sobre la mina que se exponían en el Pozo gracias a la Asociación MSP. Natalia González Menéndez, además de aportar programación y conocimientos a la organización de la Feria, fue la moderadora de este encuentro. Gran conocedora del tema que nos ocupaba, supo con mucha elegancia y destreza destacar las virtudes del trabajo de todos los participantes, como el legado minero que vive Noemí Sabugal y las experiencias mineras transatlánticas que nos cuenta Eduardo Romero.

A pesar de que el día amaneció lloviendo, decenas de personas siguieron a Adrián Rodríguez por el Pozo María mientras les contaba, como parte de la Asociación Cultural y Minera MSP, la historia del Pozo y de la minería en nuestra comarca. La emoción de quienes le escuchaban se hizo protagonista cuando hicieron sonar la sirena del Pozo, atravesando a los presentes con emoción y congoja. Mostrando la nobleza de su objetivo, conservar el patrimonio minero del Valle, la Asociación MSP hizo un estupendo recorrido por nuestra historia y por nuestra identidad.

Además de contar con José Manuel Sabugo y Marcos Mendo en su recital «La palabra na Mina», por la tarde tuvimos más presencia lacianiega con el éxito absoluto del calecho de Guadalupe Lorenzana y Blanca Berdasco, que despertaron en todo el público el falante que llevamos dentro y descubrimos que quizás sí que hablamos patsuezu en nuestro día a día. Precediendo al calecho, Francisco Álvarez nos dio una clase gratuita de cómo ser escritor, traductor, y periodista con gran integridad y sensibilidad. Conversando con Sixto Martínez, presentó su último trabajo «Cabeza Alta».

También las casetas tuvieron su trabajo y su labor: Hoja de Lata, Marciano Sonoro, Eolas, Pez de Plata, Librería Simón, AFADLA, ALFAEM y Parkinson Laciana; fueron los encargados de traer el objeto preciado de la feria, el libro.

Y como sabrán los que estuvieron presentes, nadie podrá olvidar a Los Gascones, folixeros incansables que conectaron de forma automática con los lacianiegos y pusieron un gran broche final.

Las hamburguesas de Wild Somiedo y los fisuelos de las mujeres de Buen Verde pusieron la puntilla de este día redondo, que a pesar del tiempo, resultó ser un éxito y una muestra del potencial de la cultura y el patrimonio industrial en nuestra comarca.

Con el castillete de fondo y un par de arcoíris que fueron saliendo a lo largo del día, se vivió una jornada que el Ayuntamiento considera ejemplar: una mezcla equilibrada de lo nueso con lo de fuera, los lacianiegos con los turistas, el pasado con el futuro y la tradición con la innovación.

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