Secciones
Servicios
Destacamos
Las violaciones generan en sus víctimas traumas terribles y difíciles de superar. Uno de los mecanismos de defensa de la mente es borrar la agresión. Otra fórmula para conjurar el horror es afrontarlo con la palabra. Contarlo. Es lo que hacen Tatiana Salem Levy, Belén ... López Peiró, la veterana Joyce Carol Oates, Lidia Caro o Mónica Rouanet. Sus libros, que derriban un tabú literario, coinciden ahora en las librerías. Hablan de mujeres que se aferran a la palabra para salir del bucle del horror y el pánico que impide a muchas violadas recuperar una vida normal.
En 'Vista Chinesa' (Libros del Asteroide), la brasileña Tatiana Salem Levy (Lisboa, 1979) narra la violación real en 2014 de una íntima amiga, Júlia. Es una joven arquitecta asaltada a mano armada por un hombre cuando corría en el parque Tijuca, a las afueras de Río de Janeiro. «Mi cuerpo, mi trabajo, mi noviazgo, mis dudas, mis preguntas, mi vida se había acabado. Se acabó. Era lo único que alcanzaba a decir», escribe Júlia, que años después contará en una carta a su hijo todo lo ocurrido.
Salem Levy escribió este libro para afrontar un tabú familiar. Su madre fue violada cuando ella tenía 4 años. Se lo ocultaron siempre, disfrazándolo como el robo de un coche. «Podría no haberme enterado nunca. La mayoría de las madres violadas no se atreve a contárselo a sus hijos, tengan la edad que tengan», dice la autora.
Belén López Peiró (Buenos Aires, 1992) tenía 22 años cuando denunció a su tío policía por los abusos que sufrió en su adolescencia. Con 26 publicó 'Por qué volvías cada verano' (Las afueras), relato crudo y estremecedor que recrea aquellos terribles estíos. «La habitación sigue a oscuras pero más noche hay en mi pecho. Es que cuando está dentro mío duele, la piel se resquebraja por la fuerza de sus dedos. Pero cuando se aleja y me deja como un cuerpo usado, como una concha estirada y penetrada, el dolor es peor. Porque se va pero sé que va a volver», escribe. Fue una catarsis que tendría una secuela con 'Donde no hago pie' (Lumen).
Se enfrenta aquí al mortificante proceso judicial aún en marcha y sin sentencia ocho años después de su denuncia y plantea el significado de la reparación. «¿Qué se supone que es? ¿Olvidar? ¿Soltar? ¿Dejar atrás? ¿Se puede reparar un cuerpo como se repara una taza rota?», se cuestiona.
La estadounidense Joyce Carol Oates (Lockport, 1938) aborda desde la ficción las secuelas de una salvaje agresión en 'Violación. Una historia de amor' (Contraseña). Teena Maguire es brutalmente violentada y golpeada por una manada de chicos drogados cuando cruzaba junto a su hija Bethie, de 12 años, un parque en Niagara Falls (Nueva York). La cría huye y se esconde pero escucha todo lo que pasa en la cabaña del horror.
Los porqués martillean la mente de la víctima que se sentirá humillada en un calvario judicial. Los abogados de los agresores ponen en duda su versión y lanzan una campaña de desprestigio que cala en la población y en los medios sugiriendo que Teena nunca sufrió una agresión sexual. «La mitad de las violaciones no se denuncia y las víctimas reciben un trato atroz por partida doble, el de los violadores y el del sistema legal corrompido», denuncia Oates.
'Los años que no' (Barrett), es la primera novela de Lidia Caro (Valencia, 1990) que también deja claro que el infierno no termina cuando acaba la violación. Desde la autoficción, relata las tribulaciones de una joven violada en el portal de su casa en el centro de Madrid y que huirá a Estados Unidos para refugiarse en otra realidad y en otro idioma. «Fueron los años que no, que no era persona. Tenía dentro un alien de tristeza y soledad, pero lo emparedaba con viajes y adrenalina. El dolor, napado por capas de madreperla iridiscente», escribe Caro.
En 'Nada importante' (Roca Editorial) Mónica Rouanet (Alicante, 1970) aborda la violación desde el 'thriller'. La joven Minerva sobrevivive a un brutal ataque que la deja en coma en el Madrid de los años noventa. Pero hay quien afirma que se lo estaba buscando. Cuando despierta, no recuerda nada. Tampoco a su agresor que se mezclará entre sus amigos más íntimos y será su sombra durante años, esperando el momento para finalizar su «autoencargo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.