Fue Andrés Carranque de Ríos (1902-1936) un personaje curioso del primer tercio del siglo XX español. Nacido en Madrid en una familia obrera, flirteó en sus dos primeras décadas de vida con la delincuencia y el terrorismo político vinculado al anarquismo. También lo hizo ... con la literatura, y a finales de la década de los 20 encontró el camino del cine. Participó en películas como 'Al Hollywood madrileño' (1927) y la adaptación cinematógrafica de la novela de Pío Baroja 'Zalacaín el aventurero' (1929) y compaginó sus dos vocaciones artísticas, el cine y la literatura.
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El sello Nocturna recupera ahora una de sus obras principales, la novela 'Cinematógrafo', publicada en 1936, y «uno de los primeros testimonios literarios sobre el mundo del cine europeo con sus luces y sus sombras, una emocionante novela donde coinciden la picaresca, el desasosiego por las penurias de los trabajadores y la esperanza por las innovaciones artísticas», explican los editores.
Admirado por Baroja, que prologó su novela 'Uno', Carranque cuenta en 'Cinematógrafo' el ambiente madrileño de los años 20 y 30 utilizando una técnica literaria de vanguardia, la de alternar los puntos de vista de los personajes. Este fresco permite al escritor abordar las inquietudes sociales, políticas y culturales del momento, como los avances científicos y la migración del campo a las ciudades, y analizar la industria del cine desde su conciencia de clase.
En su azarosa existencia, Carranque, un hombre de una imponente presencia, hizo casi de todo: vendedor ambulante, marino, actor, mánager de boxeo, periodista o modelo de estudiantes de bellas artes. En 1921 fue encarcelado por distribuir octavillas anarquistas. Al año siguiente viajó a París, donde conocería el surrealismo de la mano, entre otros, de René Crevel. Cultivó oficios muy variados -vendedor ambulante, marino, actor, mánager de boxeo, periodista o modelo de estudiantes de bellas artes-, además del de escritor. En 1921 lo encarcelaron por distribuir octavillas anarquistas. Al año siguiente se marchó a París, donde luego trabaría amistad con los surrealistas franceses, en especial René Crevel.
En 1923 publicó su poemario 'Nómada' y se dedicó a leer versos en los casinos de España y tras unos años dedicados al cine y a la autobiografía literaria (contando en varios volúmenes su experiencia carcelaria y vital), lanzó su primera novela, 'Uno', en 1934, seguida de 'La vida difícil' (1935). En 1936, recién publicada 'Cinematógrafo' y cuando comenzaban los bombardeos de la Guerra Civil sobre la ciudad, falleció a los 34 años en Madrid por un cáncer de estómago.
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