![Cierra la librería Lagun de San Sebastián, símbolo contra la barbarie etarra](https://s1.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2023/07/04/libreria-eta-kboC-U200695330854LKG-1200x840@RC.jpg)
![Cierra la librería Lagun de San Sebastián, símbolo contra la barbarie etarra](https://s1.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2023/07/04/libreria-eta-kboC-U200695330854LKG-1200x840@RC.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Alberto Moyano
Martes, 4 de julio 2023, 14:22
La librería Lagun de San Sebastián echará el cierre definitivo antes de que acabe el verano. Lo que se barruntaba desde hace algún tiempo se conoció ayer y así lo confirmó a este periódico Ignacio Latierro, fundador del emblemático establecimiento que durante 55 años ha ... sido algo más que una referencia obligada para el mundo cultural donostiarra: un símbolo de las libertades de todos, muy a su pesar y a raíz de su conversión en objetivo de la violencia del entorno de la izquierda abertzale.
Ubicada en la calle Urdaneta desde que los violentos ataques de los que fue objeto por parte de la kale borroka obligaron a abandonar su histórico local de la Plaza de la Constitución, Lagun no ha sobrevivido a los cambios de los hábitos de ocio, a una clientela que sí ha tenido relevo generacional, aunque no lo suficiente y, sobre todo a la desaparición o retirada de sus fundadores, en torno a los cuales, se tejió durante el último medio siglo donostiarra todo un mundo en el que libreros, escritores y lectores crean un ecosistema literario.
Al fallecimiento de María Teresa Castells en 2017, apenas un año después de que muriera su marido José Ramón Recalde, le siguió el pasado mes de noviembre el de Rosa Cuezva, que llevaba años ya retirada. Mujer de Latierro, su muerte tras una larga enfermedad precipitó también la retirada del propio librero, paulatina hasta ese momento.
El propio Latierro reconoce que este desenlace se venía venir desde hace algún tiempo, «cuando el nivel de facturación y ventas empezó a no generar los ingresos suficientes» para mantener el establecimiento. ¿Ha conseguido el mercado lo que no consiguió la violencia? Latierro admite con humor que la idea se le ha pasado por la cabeza, «aunque suene a protesta de viejo izquierdista rebelde. A pesar de todo, si Lagun ha tenido 55 años de existencia significa que durante ese tiempo ha tenido el mercado suficiente para subsistir y si ahora cierra, es porque ha dejado de tenerlo».
Lo cierto es que, como el propio librero señala, «Lagun es una librería muy vinculada a unas personas concretas –María Teresa, José Ramón, Rosa y el propio Ignacio–, de las cuales ya sólo quedo yo, que ya no puedo ser referente como librero, ni siquiera en condición de emérito». Además, apunta, «Lagun era una librería de otro tiempo».
Lagun irrumpió en el panorama cultural en pleno 1968, un año mitificado por lo que significó en otras latitudes por unos motivos y en una España y una Euskadi aún bajo el franquismo, por otros: fue el año en el que murió el primer miembro de ETA y en el que ETA empezó a matar.
Aquella Lagun pronto se hizo 'famosa' entre los iniciados por su trastienda, en donde se despachaban libros por entonces prohibidos a este lado de la frontera y que comenzó a ser embrión de debates y tertulias. En 1975, a raíz de las condenas a muerte de Txiki y Otaegi, fue unos de los pocos comercios de la Parte Vieja, no digamos de San Sebastián, que no abrió en protesta por la sentencia. A raíz de esta huelga, las autoridades impusieron a María Teresa Castells una multa que, al negarse a pagar, dio con la librera en una celda de Martutene. Y es que la historia de Lagun es la de una librería enfrentada a las hostilidades políticas. Recordaba Latierro que ya tras las primeras elecciones de 1977, «el clima político general te aislaba, aunque siempre hubo un núcleo de resistentes y resistencia intelectual». Eran los tiempos en los que Lagun se encontraba en la diana de los grupos de ultraderecha, que actuaban bajo el eufemismo de 'incontrolados'.
No obstante, fueron los años noventa los más terribles para Lagun, con decenas de ataques más o menos virulentos, esta vez por parte del entorno de la izquierda abertzale. Ataques que iban de las pintadas a los apedreamientos del escaparate, pasando por las concentraciones frente al local de la Plaza de la Constitución, y que culminaron con la quema de libros en la Nochebuena de 1996. «Fueron tiempos de soledad y esa soledad se notaba», señala Latierro que, por otra parte, recalcaba ayer que «si no hubiera habido en ese momento muchos clientes habituales que nos empujaron a seguir, hubiésemos cerrado», reconoce Latierro.
A aquel acoso elevó al máximo grado el nivel de violencia con el atentado de ETA que en septiembre de 2000 casi cuesta la vida a José Ramón Recalde y que precipitó la decisión de echar el cierre de la librería, lo cual tampoco interrumpió la periódica aparición de pintadas amenazantes en sus persianas. En ese momento, fueron decenas de clientes y amigos de dentro y fuera del País Vasco, e incluso del Gremio de Libreros de Gipuzkoa, los que prestaron durante meses su apoyo para la reapertura del establecimiento que en principio no iba a cambiar de ubicación.
Finalmente, lo hizo. La creación, a principios de año, de la Sociedad de Amigos de la Librería Lagun, convenció a María Teresa Castells y a Ignacio Latierro para volver a abrir el negocio, que tras un año de 'impás', estrenó en 2001 nuevo emplazamiento en el número 3 de la calle Urdaneta, tras 32 años en la plaza de la Constitución de la Parte Vieja. Para la adquisición del local, amigos de la librería realizaron aportaciones económicas que permitieron su compra mediante la fórmula de una sociedad anónima. En la actualidad, pertenece a la familia Recalde, que compró a mediados de la pasada década las participaciones a los 'inversores' que las quisieron recuperar.
Aunque lo cierto es que hacía tiempo que el local de la Plaza de la Constitución se había quedado pequeño para la que siempre fue una librería de fondo, el obligado traslado a la calle Urdaneta hirió de alguna manera a Lagun, que conservó a la gran mayoría de sus clientes, que acudían al establecimiento tanto en busca de libros como de conversación y recomendaciones, pero que perdió una ubicación privilegiada.
Con motivo del 50 aniversario de la librería, Lagun fue objeto de un homenaje en marzo de 2018, organizado por el Departamento Foral de Cultura. El acto, celebrado en el Teatro Victoria Eugenia, estuvo precedido por la entrega de la Placa de Honor de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio, máxima distinción que otorga el Ministerio de Cultura. Tomaron parte en el homenaje medio centenar de amigos y clientes del establecimiento, que relataron alguna anécdota o historia ilustrativa de su vinculación con Lagun. Allí estuvieron, entre otros, el escritor Raúl Guerra Garrido, el filósofo Fernando Savater, los poetas Karmelo C. Iribarren y Felipe Juaristi, el historiador Juan Pablo Fusi, la pintora Marta Cárdenas, la profesora de la UPV/EHU Lourdes Auzmendi, y el autor y editor Inazio Mujika. El acto fue diseñado por Fernando Bernués y contó con el acompañamiento musical de Iñaki Salvador al piano.
Casualidad –o no–, el cierre de Lagun se conoce apenas unos días después de que acogiera la presentación de 'Allí donde se queman libros-La violencia política contra las librerías (1962-2018)', de Gaizka Fernández Soldevilla y Juan Francisco López Pérez.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.