Ni tímido ni atormentado. Detrás de la apariencia de tipo sombrío que ha permanecido en los manuales de historia de la literatura, el escritor judío era en realidad un hombre «encantador, seductor y apuesto». No en balde, gozaba de un destacable éxito con las mujeres, asegura Ignacio Echevarría, editor de 'Franz Kafka. Cartas. 1914-1920' (Galaxia Gutemberg), segundo de los tres volúmenes que componen la correspondencia del autor, de quien se conservan cerca de dos mil misivas.
Publicidad
Los devotos de la narrativa de Kafka tienen la oportunidad de descubrir aspectos desconocidos de su producción literaria gracias al presente libro, en el que se reflejan episodios cruciales en la vida del prosista, como la I Guerra Mundial y la tuberculosis, enfermedad de la que murió a los 41 años.
El libro incluye 150 cartas inéditas y recoge textos que datan de 1920, cuando vivió un apasionado amor con Milena Jesenská, traductora además de su obra al checo.
Algunos temas recurrentes en sus cartas son su filiación judía, «nunca decididamente sionista; la relación con sus amigos praguenses, que en algunos casos empezó a enfriarse; sus proyectos de convertirse en jardinero u horticultor; su preocupación por la pedagogía; su buena predisposición a asistir a los judíos del Este, emigrados a Checoslovaquia a causa de los avatares de la guerra; o su lectura de Kierkegaard».
En algunas cartas se aprecia el dilema de Kafka sobre si debe casarse con Felice Bauer, lo que le crea enormes dudas. Contraer un «matrimonio burgués» podría ir en menoscabo de carrera como escritor. Sus prevenciones con respecto a la unión conyugal prevalecieron sobre otras consideraciones. Cuando irrumpió la tuberculosis en su vida, el autor aprovechó la ocasión para romper con Felice definitivamente, apunta Echavarría. A partir de entonces, se afanó en buscó la complicidad de los médicos con el fin de que le prescribiesen pasar largas temporadas en sanatorios y huir de esta manera de su trabajo burocrático.
Unas 80 de las 554 misivas que reproduce el volumen no se han conservado. El criterio de ordenación de las cartas ha evitado la tendencia a agruparlas por corresponsales (a Felice Bauer, a Milena Jesenská, a Max Brod, a la familia...), en favor de la secuencia estrictamente cronológica para comprobar las diferentes 'tonalidades'. El epistolario empieza con la última etapa de su relación con Felice y acaba con el comienzo de su relación con Milena.
Publicidad
Si en sus inicios no estaba obsesionado por los lectores, hacia 1914 ya sí ambiciona cierto aval del público, si bien le interesó mucho más escribir que publicar.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.