Luis Bustos.

Mad Max en Seseña

Luis Bustos dibuja en 'Puertadeluz' un futuro cercano en una urbanización dormitorio «que parece un poco una tierra desértica y casi apocalíptica»

Javier Bragado

Sábado, 10 de junio 2017, 00:27

En el superpoblado Japón, la idea de reuniones de edificios abandonados en un futuro cercano resulta de ciencia ficción. Pero en España, la reciente crisis económica provocó que en numerosos lugares los esqueletos de construcciones se vaciaran y ofrecieran el caldo de cultivo para historias ... sobre el final del mundo. Ahí se encendió la bombilla de Luis Bustos (Madrid, 1973), quien aportó su pasión por el manga para dibujar 'Puertadeluz' (Astiberri). «Surgió de una idea de 2013. Estuve dando vueltas al concepto de una historia que se desarrollara con un 'background' que fuera con que este tipo de ciudades urbanizaciones semiabandonadas y fantasmas que aparecieron con la burbuja inmobiliaria. Me apetecía coger ese contexto y trasladarlo a un futuro cercano», explica el autor de '¡García!' (Astiberri) y 'Endurance' (Entrecomics Comics).

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En 'Puertadeluz', la adolescente Alicia vive con su padre y con su hermano Peque. Con su madre desaparecida, el aburrimiento es el sentimiento principal en un recinto protegido de los extraños que pueblan un exterior sin leyes. Desde la elección del nombre -Puertadeluz-, Bustos apunta a su inspiración y a su peculiar denuncia. «Estaba fijándome en ese tipo de urbanizaciones mesetarias como Seseña o Valdeluz. Está trasladado a 15 años en el futuro y tiene elementos de un crisis que se ha agravado que parece un poco una tierra desértica y casi apocalíptica al estilo 'Mad Max'», comienza. Aunque hay un detalle fantástico de la cultura manga, el detonante podría ser más cercano a la realidad, según Bustos. «De hecho, en el caso de Seseña hace nada hubo un incidente casi apocalíptico con el incendio de los neumáticos que fue bastante espectacular ahí y dramático para los vecinos que vivían allí», recuerda a la hora de recrear un clima de tensión.

Creo que el blanco y negro le da un acabado con una percepción a la obra bastante poderosa

El tono del cómic es oscuro y duro conforme avanza en una ciudad dormitorio que también señala la España cainita e insolirdaria. Con estilo manga y una explotación alejada del color se muestra bien clara la intención para encajar el estilo propio. «Me encuentro bastante cómodo con el blanco y negro. Mis últimas obras desde hace bastantes años han sido así. Además, dibujo con un tramado con un punto muy analógico aunque desde hace unos años ya trabajo con digital completamente. Incluso últimamente cuando he metido alguna cosa de color en mis trabajos para 'Orgullo y satisfacción' suele ser bastante limitado; suelen ser un par de tonos y poco más porque habitualmente el blanco y negro a mí me ha atrapado. Creo que en cierta forma me funciona porque distribuye muy bien las masas en los negros y los volúmenes. Creo que le da un acabado con una percepción a la obra bastante poderosa», señala el heredero del primer Frank Miller en la concepción del cómic.

Poco texto y mucha acción completan el particular manga que puede recordar a clásicos como el 'Akira' de Katsuhiro Otomo. Pero el 'Mad Max' de Alicia y Peque está más arraigado a la tierra de lo que podría haber conseguido un japonés residente en una megalópolis. Al fin y al cabo, el autor no necesitó demasiada imaginación para crear el escenario. «Lo que pasa es que como madrileño es muy fácil. Es una cosa que has vivido y no tienes que irte a una de estas ciudades tan características, sino que directamente la propia expansión inmobiliaria en Madrid pues ves que de repente ha costado llenar grandes extensiones de chalets unifamiliares de viviendas porque la última tanda estaba despuntando en la crisis del 2008 y están las zonas medio vacías», ilustra. Es algo que no olvida Luis Bustos, quien actualmente vive en Barcelona. ¿Existe la posibilidad de que alguna vez se mudara a una de esas peculiares grupos de edificios retratados en 'Puertadeluz'? «No, por favor», responde rápido y con los ojos bien abiertos.

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