El enigma del humor de Cervantes se traslada de León a Madrid

«El libro parte de mi intuición de que el humor solo puede estudiarse desde el humor. Está estructurado a partir dos dos preguntas. La primera, basada en la anécdota más veces citada por los cervantistas, aunque posiblemente sea apócrifa: Estaba el rey Felipe III con su séquito cuando escuchó las carcajadas estridentes de un joven, procedentes del patio; se asomó y exclamó al verle desternilarse: Ese joven, está fuera de sí o está leyendo el Quijote. A partir de ahí, indago cuál pudo ser el gag del libro que le hizo desternillarse así», ha recordado el autor.

A esa primera cuestión se suma otra más como es «¿por qué Cervantes al que casi todo en la vida le salió mal y conoció tantas adversidades, incluida la prisión en Argel y en España, pudo escribir la obra maestra universal del humor? Y a partir de ahí, por las páginas de mi libro pululan Lope, Unamuno, Azorín pero también Woody Allen», ha recordado Eduardo Aguirre.