Rosario González
Sábado, 23 de abril 2016, 13:34
El atuendo elegido por la reina Letizia para la ceremonia de entrega del Premio Cervantes ha llamado la atención precisamente por su discreción, un vestido en doble crepé en lana azul marino hasta la rodilla contrastado con una cinta vertical de terciopelo azul noche ... y chaqueta a juego. El atuendo, del diseñador Felipe Varela, lo estrenó la Reina el pasado octubre de 2015 con motivo de la celebración del Día de la Fiesta Nacional y en esta ocasión lo ha combinado exactamente igual, con bolso y zapatos de salón en negro y los pendientes de aguamarinas de Bvlgari que la joyería le entregó en el año 2006 tras nacer la Princesa Leonor.
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Nada que ver con la apuesta por el rojo que hizo el día previo para los dos actos que tenía programados junto a Don Felipe, un color con el que Doña Letizia se sabe ganadora desde que deslumbrara hace ya doce años con el Lorenzo Caprile que lució en la boda de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson. En esta ocasión se trataba de un diseño rojo con peplum de Carolina Herrera que ya lució durante su visita a al Expo Milán 2015 y que ha vuelto a utilizar para recibir en el Palacio de la Zarzuela al campeón del mundo de patinaje artístico, Javier Fernández López y desplazarse después al Palacio Real para el tradicional almuerzo con personalidades del mundo de las letras previo a la entrega del galardón.
En la jornada de hoy, Doña Letizia ha logrado mimetizarse casi a la perfección en la mesa de presidencia desde la que se ha orquestado la ceremonia de entrega, en la que los Reyes han estado acompañados por seis hombres ataviados con chaqué negro o gris marengo -entre ellos el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy y el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo- además de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quien mantuvo la homogeneidad cromática de la mesa con un dos piezas de cuerpo en gris metalizado y falda negra.
Del Paso, el toque de color
El toque de color lo protagonizó el galardonado, el escritor mexicano Fernando Del Paso, un hombre que usualmente luce una estética estravagante y colorida y que en esta ocasión redujo su trasgresión cromática a la corbata, una pieza con los colores de la bandera de España -ya que, según ha dicho, quería llevar al país que le entrega el premio "en su pecho"- y que combinó con un discreto traje azul marino con raya diplomática de color rojo.
Del Paso, el sexto mexicano premiado con el Cervantes, ha recibido su galardón desde la silla de ruedas en la que se mueve ayudado por Lupita, su enfermera personal, desde que sufriera varios infartos cerebrales. El Rey ha abandonado el estrado para acercarse hasta el escritor, a quien ha impuesto la medalla acreditativa y le ha hecho entrega de la escultura. Del Paso, muy emocionado, ha levantado el galardón ante el público y ha asegurado que hubiera venido a España a recoger su premio "aunque fuera en camilla de propulsión a chorro o en avión de ruedas".
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