A. Cubillas
Viernes, 22 de abril 2016, 13:37
Enmarcado en el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, la Diputación de León ha dado vida al ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, ese alocado caballero que de tanto leer y poco dormir perdió el juicio, el mismo que enfrentó a ... molinos creyéndolos gigantes o que prefería comer en un rincón pan y cebolla que los gallipavos de otras mesas donde debía mascar despacio, beber poco y limpiarse a menudo.
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Ese personaje descarado subido siempre a lomos de Rocinante y acompañado por Sancho para dar vida a una de las historias más importantes de la literatura universal, un clásico entre los clásicos que se trasmite de generación a generación.
Precisamente, este viernes han sido los más pequeños los que han dado voz a esta obra maestra con motivo de una lectura continuada que se ha celebrado en el Palacio de los Guzmanes. Allí alumnos de los centros de Lillo, Palacios del Sil, Páramo del Sil y Matarrosa han ocupado los asientos de los diputados para junto a ellos narrar los dos últimos capítulos del Don Quijote de la Mancha.
Una historia, la de Alonso Quijano el Bueno, llamado comúnmente Don Quijote de la Machan, ese hidalgo fuerte que a tanto extremo llegó de valiente que se advierte que la muerte no triunfó en su vida. El mismo que tuvo a todo el mundo en poco; fue el espantajo y el coco del mundo, en tal coyuntura que acreditó su ventura morir cuerdo y vivir loco.
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