Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, en su visita a Londres. EFE

El Instituto Cervantes promueve un paseo por el exilio español en Londres

El exministro británico y candidato a líder conservador, Michael Portillo, acompaña a los congregados frente a la casa de su padre

Íñigo Gurruchaga

Corresponsal en Londres

Jueves, 3 de febrero 2022, 15:41

Luis Gabriel Portillo perdió su trabajo en el Ministerio de Justicia el 18 de julio de 1936. Nacido en Ávila, el catedrático de Derecho se montó en un autocar para regresar a Salamanca. En el trayecto se paró en una venta, adonde llegó otro autocar ... que hacía el itinerario inverso. Una mujer amiga le digo: «No vayas a Salamanca, Luis, están matando a todos».

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Utilizó entonces las diversas estrategias para sobrevivir que estaban al alcance de un exsecretario del ministro de Justicia del Gobierno de la República, que era «muy católico, políticamente moderado y pacifista». Esos tres rasgos de su padre los trazaba este jueves Michael Portillo, hijo del exiliado español y exministro de Defensa del Gobierno británico.

El ahora comentarista de la política británica y estrella de la televisión por sus documentales de viajes se unió este jueves a un grupo de españoles, entre los que se incluían el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y el embajador, José Pascual Marco, en la presentación de un itinerario que lleva por nombre 'Memoria de Exilios', que recorre la geografía urbana londinense de los exiliados y estará en marzo disponible para todo el público.

El itinerario incluye en Temple la mención a Casiodoro de Reina y Antonio del Corro, partidarios de la reforma protestante. Los liberales se refugiaron en el inicio del siglo XIX en Somers Town, en el norte de Londres. La ruta de doctor Josep Trueta, Arturo Barea o Manuel Chaves Nogales, huidos tras la victoria de Franco, lleva a la bella plaza Lincoln's Inn, a la vieja sede de la BBC, en Bush House, o a la otrora avenida de los periódicos británicos, Fleet Street.

El nieto de Chaves Nogales y el hijo de Portillo compartieron experiencias frente al bloque de apartamentos en el que vivieron sus familiares, en una esquina de Russell Square. Temían que se conociera su dirección en Inglaterra o revelar la de sus familiares en España, las cartas a esposas o hermanos pretendían ser de amigos lejanos que pedían fotos.

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Testimonio de los exiliados

Luis Portillo, del que su hijo nunca ha sabido cómo llegó a Inglaterra, encontró pronto ocupación. Se apuntó como instructor en un campamento cerca de Oxford para los niños vascos evacuados ante la inminente toma de Bilbao por el bando nacional. Una escocesa, estudiante de español y voluntaria en el mismo lugar, «le pidió la mano», según su hijo.

Portillo se reencontró en Londres con Manuel Irujo, que fue su ministro y lideraba entonces un Consejo Nacional Vasco. Se dedicaban, por ejemplo, a la protección de soldados españoles concentrados en diferentes puntos de Inglaterra tras la Segunda Guerra Mundial, a los que las autoridades querían desmovilizar en el norte de África o en Italia.

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Unos pudieron regresar a España antes de morir, como Portillo, y otros, como Barea y Chaves, fallecieron en Inglaterra. Las grandes cifras del exilio inicial en el Reino Unido son las de los niños vascos, en torno a 4.000, y los cerca de 900 soldados republicanos, alistados en la Legión Francesa Extranjera y luego en el Ejército británico.

En la misma jornada, se ha dado el nombre del hispanista especializado en la Edad de Oro, Trevor Dadson, al fondo antiguo de la biblioteca del Instituto Cervantes en Londres. En la Embajada, el catedrático emérito de la University College London Ángel María García Gómez, entregó a la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos, un manuscrito del siglo XVI sobre el teatro que él encontró en una tienda de libros antiguos en el sur de Inglaterra.

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