La industria cultural pierde un 70% de recaudación por la pandemia

Las restricciones sanitarias se cebaron en las artes escénicas, las salas de cine y conciertos, que perdieron aproximadamente la mitad de su oferta y retuvieron solo a un cuarto de sus asistentes y de sus ingresos. El hecho de que sean disciplinas que requieren la presencia del espectador puso al borde del abismo a la industria. Como dijo gráficamente Solana, la pandemia colocó a la cultura frente a un «precipicio» del que todavía no se ha recuperado, porque las secuelas aún perduran y se prorrogarán en las cuentas del presente año.

La mayor caída la protagonizó el cine, con una pérdida del 57,4% de sesiones, un 74,7% de los asistentes (26,5 millones de personas) y un 74,2% de la recaudación (159 millones de euros). Las salas perdieron a tres de cada cuatro espectadores, a pesar de las energías y los esfuerzos invertidos para poder competir con las grandes plataformas audiovisuales.

No le fue mejor a la música en vivo, que sufrió un derrumbe del 50,3% de la oferta, con solo 45.300 conciertos. El desmoronamiento de público rondó el 79%, de modo que apenas hubo 5,9 millones de asistentes. La recaudación menguó un 73,3%, hasta sumar solo 102,3 millones de euros. Estos dos últimos indicadores incluyen los datos de macrofestivales y conciertos.

Los sectores que salieron ganando con la pandemia fueron la televisión y los videojuegos. Aquellas manifestaciones que podían consumirse en casa salieron reforzadas. Es el caso de plataformas de vídeo, que vieron aumentar el número de sus abonados, sobre todo Netflix (un 35,8% más), Movistar (17,7% más) y Amazon Prime Video (16,7% más). Mientras, la televisión tradicional se benefició de un aumento 19 minutos más de consumo diario por persona, hasta representar 231.

Tampoco se puede quejar la industria del videojuego, que experimentó un aumento del 18% en sus formatos digitales. No ocurre lo mismo con la radio, que retrocede ligeramente. En esta adversidad no se sabe cuánto han tenido que ver los 'podcast'.

Solana expresó su confianza en que cambie la tendencia, si bien los responsables del informe ven de momento una inercia muy similar a la de este año. En la SGAE esperan que los presupuestos expansivos del Ministerio de Cultura sean un revulsivo para el sector, necesitado imperiosamente de un nuevo empuje. Entretanto la industria se prepara para resistir si las circunstancias se vuelven hostiles.