El Goya tiene acento leonés

López, nominado por partida doble en la última edición de la gala del cine español, sabe lo que es ganar un Goya. El secreto, el trabajo, la dediciación y la apuesta por perseguir un sueño que comenzaba hace 12 años.

«El Goya no es el objetivo, es la consecuencia del trabajo», constata López, que con apenas 18 años salía de León para perseguir su sueño en la industria cinematográfica y a donde regresa una década después con uno de los objetivos cumplidos.

Con una petición a las instituciones para que sigan apostando por la industria cinematográfica y confíen en nuevos talentos, López rompe una lanza en favor de León como tierra «con un altísimo potencial cinematográfico porque tenemos de todo y es fascinante».

Una apuesta que no solo se queda en palabras ya que tanto él como su productora se encuentran trabajando en nuevos proyectos en los que la provincia y la ciudad tendrán un papel protagonista como ya lo tuvo en uno de sus trabajos, 'Cartas perdidas'. «El talento está en todas partes y hay que intentar que florezca fuera de Madrid», asegura, a la vez que promete «traer más cosas a León».

En su siguiente reto luchará contra el «techo de los largometrajes de ficción», objetivo que persigue y en el que ya se encuentra trabajando, tanto en la adaptación de un libro como en una ficción original.

Una vez termina la rueda de prensa, López cumple con lo prometido y nos deja coger el Goya. Lo cierto es que la estatuilla no pesa tanto físicamente, pero su valor simbólico es incalculable.