Ucrania, en el plato y en el pensamiento

Se refería a las cenas que #chefsforukraine, colectivo de cocineros ucranianos repartidos por todo el mundo, está realizando también en España para recaudar fondos que van directamente a sufragar la guerra contra Rusia. «También para mostrar el patrimonio gastronómico que atesoramos», indicó Amber, que lo plasmó realizando en directo un plato clásico ucraniano. Se trata del borscht, una sopa tradicional familiar, «muy umami, que acostumbra a tener col, carne de cerdo o ternera, zanahoria y crema fresca, pero que cada familia recrea a su manera». La suya lleva repollo, raíces de apio y siluro. «Y se acompaña siempre, eso sí, de un vodka bien frío».

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La receta era secundaria en la ponencia, pues Amber no podía casi ni hablar. «Quiero agradecer al congreso, a Madrid y a España por la acogida que estamos teniendo y por la solidaridad que estáis mostrando con nuestro pueblo». Preguntada acerca del presente y futuro de Ucrania, solo podía añadir que «ahora estamos intentando alimentar a nuestras familias». «Tenemos que seguir siendo valientes», dijo ganándose una cerrada ovación.

Ksenia Amber ocupa una de las posiciones de liderazgo de una ola de jóvenes chefs en Ucrania que se esfuerzan por introducir innovaciones y repensar las tradiciones en las artes culinarias del país en general y de Odesa en particular. Aunque estudió en el Culinary Institute of America, pronto regresó a su patria para dirigir las cocinas del restaurante Frebule de Odesa. Tras pasar por otros locales, ahora ejerce como chef ejecutiva del grupo de restaurantes Buro201 de la misma ciudad.