Begoña Rodrigo se broncea en una gala Repsol que confirma la revelación de Osa

Nacida en Valencia en 1975, Rodrigo se dio a conocer hace una década como ganadora de la primera edición de Top Chef, pero su sólida trayectoria profesional ha conseguido que muchos olviden sus orígenes televisivos. Cocinera autodidacta, tras una etapa de formación en hoteles y restaurantes del norte de Europa abrió en 2005 el restaurante La Salita, donde ha ido perfilando un estilo propio a partir de una cocina fresca, verdulera y ácida. La ansiada estrella Michelin no llegó sin embargo hasta 2019, cuando la chef preparaba la mudanza de su proyecto a un palacete en el barrio de Ruzafa. La Repsol, tradicionalmente más rumbosa que la guía francesa, ya le había entregado dos soles en su primer local del barrio de L'Amistat y la encumbra ahora entre los grandes de la profesión.

El suyo fue el premio gordo de la gala celebrada en el Palacio de Congresos El Batel de Cartagena y presentada por Silvia Abril, en la que 16 restaurantes ascendieron a la categoría de dos soles y hasta 81 lo recibieron por primera vez. También fueron noticia Sara Peral y Jorge Muñoz, del madrileño OSA, que reciben directamente dos soles meses después de su apertura y tras alzarse hace tan solo semanas con el premio Cocinero Revelación en Madrid Fusión. Un ascenso fulgurante que les convierte en voces de una nueva generación de profesionales que huye de las grandes ciudades para volver a sus barrios o a sus pueblos y ahonda en la cocina primitiva en busca de inspiración.

También merece ser reseñado el doblete de Tolosa, la localidad guipuzcoana con dos nuevos restaurantes bisoleados, el histórico templo del chuletón Casa Julián y la alta cocina de producto de Ama, ganadores del título de Cocinero Revelación en 2023. El riojano Nublo, en Haro, o el restaurante de Jesús Segura en las Casas Colgadas de Cuenca también reciben su segundo sol, junto a referencias como El Capricho, en La Bañeza, el gerundense Empòrium, el gaditano Tohqa, el castellonense Atalaya o Almo, en Murcia, comunidad anfitriona del evento. En la lista se incluyen también los madrileños Ugo Chan, Desde 1911 y Le Bistroman Atelier, los tinerfeños Etereo by Pedro Nel y La Cúpula o el burgalés Cobo Evolución.

Entre los que reciben su primer sol, nada menos que 81 restaurantes de todo el país, una cifra que demuestra la largueza de Repsol a la hora de conceder distinciones. Entre los que ya gozan de cierta proyección están los madrileños Bascoat, Chispa Bistró y La Llorería, el albaceteño Ababol, los vizcaínos Txispa, Bakea o Islares, el proyecto más accesible de los hermanos Roca en Girona, Normal, ERRE de Roca, en Miranda de Ebro, o Cisoria, en el pueblo alicantino de Villena. Si es que se pueden identificar tendencias entre un grupo tan extenso y variopinto, quizá la más clara sea el regreso de los jóvenes profesionales del sector a los entornos rurales o las ciudades de tamaño medio. No exclusivamente por amor al terruño, sino también expulsados de los centros de las grandes metrópolis por unas condiciones intratables para negocios nacientes.

Repsol también destaca el papel de las jefas de sala en el éxito de muchos proyectos a lo largo y ancho del país, el dominio de la brasa y el puchero sobre la técnica contemporánea o la amplia presencia en la guía de cocinas foráneas, como la francesa, la italiana, la colombiana o diversas variantes asiáticas. La ceremonia sirvió asimismo para distinguir la sostenibilidad de cuatro restaurantes de diversas categorías, Les Cols, A Tafona, Loreto y La Revelía, los tres primeros encabezados por mujeres. El cocinero murciano David López, del restaurante Local de Ensayo, ha sido el encargado en servir el cóctel posterior a la ceremonia con un menú dedicado a ensalzar las virtudes de la huerta murciana.