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Retrato de un guirrio. Pascual Marín

El fotógrafo de León que cambió los políticos por los guirrios y, ahora, colecciona premios

Pascual Marín gana su tercer Certamen de Fotografía de Castilla y León por su serie 'Memoria' | «Siempre improviso, no llevo equipo de iluminación y no preparo los retratos, debe ser espontáneo»

Domingo, 27 de agosto 2023, 09:28

El fotógrafo leonés, Pascual Marín, recibe este domingo en Berlanga del Duero (Soria) el primer premio de LIX Certamen de Fotografía de Castilla y León. Lo ha logrado con su serie 'Memoria', un trabajo que comenzó en 2006 y con el que retrata las ... diferentes tradiciones, oficios y elementos históricos que componen el acervo cultural de la provincia de León. Más que una mirada hacia atrás, se trata de una mirada hacia dentro, poniendo el foco en aquellos aspectos que marcan la idiosincrasia leonesa, la cual hunde su raigambre en más de mil años de historia.

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Pascual Marín con su yashica. E. S. Domínguez

Nacido en 1972, Marín se siente más «artista» que fotógrafo. Inició su andadura en el mundo de la captura de imágenes cuando era solo un chaval y le regalaron su primera cámara, una yashica que conserva a día de hoy. Nació en él una pulsión por preservar los momentos, pero siempre con un afán más allá de lo descriptivo y centrado en el retrato: «Que la persona fotografiada sirva para transmitir más allá de lo que nos muestra la imagen, que sea una forma de dar a conocer el lugar y lo que significa a través de su gesto».

Estudió Ciencias de la Imagen en la Universidad Complutense de Madrid. Confiesa, con algo de sorna, que llegó a una disyuntiva antes de comenzar sus estudios superiores: «Pensé: ¿estudio algo que tenga salida o me decanto por mi pasión?». Tras la universidad recaló en medios de comunicación de la capital, donde trabajó como fotógrafo de prensa y, en más de una ocasión, como redactor. Una tarea que ejerció también en Soria, pero que reconoce que nunca colmó sus ambiciones. Se mudó a León a principios de siglo y aquí echó raíces. Actualmente, se dedica al marketing, mientras que la fotografía se ha convertido en un refugio artístico. «Ahora voy por libre, no tengo que ir a fotografiar a un político de esta o aquella manera», reconoce evidente satisfacción.

«Quiero que la foto parezca hecha en los años 50»

Pascual Marín

Fotógrafo

El blanco y negro es uno de sus sellos de identidad. No en vano, esta opción estilística está absolutamente imbricada con su delectación por la tradición y el costumbrismo. Una apuesta que le ha servido para sumar medio centenar de premios y segundos puestos en certámenes fotográficos de toda España, de los cuales cabe destacar el primer puesto en el 'Phiestaphe' de PhotoEspaña, al cual concurrieron 4.000 fotografías. Ahora, se alza por tercera vez con el Certamen de Fotografía de Castilla y León con su serie 'Memoria', trabajo que le acompaña desde hace más de 17 años y el cual confiesa es «incapaz de cerrar del todo».

Pacual Marín, fotógrafo leonés, posa con el galardón que le acredita como ganador del LIX Certamen de Fotografía de Castilla y León. Pascual Marín

Pascual explica, en conversación con leonoticias, que se trata de un «proyecto atemporal» en el que priman los retratos y que busca que no haya «elementos contemporáneos», de forma que la imagen «parezca hecha en los años 50 o 60 del pasado siglo». Para conseguirlo, el artista leonés se dedica a recorrer la provincia «buscando tradiciones, oficios y fiestas que estén directamente relacionadas con nuestra memoria».

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Uno de sus trabajos más destacados es el que dedicó a los guirrios de Llamas de la Ribera. Marín es consciente del poder visual, casi ilimitado, que da el antruejo leonés, hasta el punto de que sus instantáneas sobre estas ancestrales tradiciones han sido de las pocas que ha ejecutado en color: «No puedes limitar al blanco y negro cuando tienes ante sí una figura vestida con infinidad de colores, le estarías hurtando significado a la fotografía».

Un hombre esquila a una oveja. Pascual Marín

En su pasión por dar a conocer las tradiciones de nuestra tierra, Marín confiesa que el impacto de las redes sociales ha sido «crucial» a la hora de «transmitir León» al resto del mundo. «No son pocas las veces que me preguntan aficionados y fotógrafos profesionales de otros países por tradiciones como las de los guirrios, los amortajados de Quintana de Fuseros o los Maios de Villafranca de El Bierzo», explica el artista de León. Precisamente, una imagen de esta última festividad fue la que le permitió hacerse con el PhotoEspaña.

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Un proceso pausado y cercano

El proceso artístico que desarrolla Pascual en su actividad fotográfica es inherente a su personalidad. De carácter tranquilo, educado y con un gran capacidad didáctica (fue profesor de cine y vídeo), Marín viaja por la España vaciada solo, acercándose a las gentes del lugar primero y 'disparando' después. «Siempre improviso, no llevo equipo de iluminación y no preparo los retratos, debe ser espontáneo», explica.

Un trabajo que siempre acompaña con una relación directa con el protagonista de la imagen: «Me acerco a ellos, pregunto, me informo y, sobre todo, pido permiso». Para Marín esta documentación oral es crucial a la hora de encarar sus trabajos, puesto que las declaraciones y vivencias de las personas que protagonizan sus creaciones son una parte nuclear a la hora de abordar una u otra tradición.

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Pero no todo son festejos populares, costumbrismo y retorno al pasado, sino que el ganador del IX Certamen de Fotografía de Castilla y León también tiene una vertiente documentalista que se ha materializado recientemente con el documental 'El último viaje de Geoicruiser', estrenado en el Instituto Leónés de Cultura (ILC) el pasado marzo.

Nuestro protagonista creció en una época en la que para poder captar una imagen, para ser fotógrafo en definitiva, había que gastarse unos buenos cuartos en una cámara, la cual no siempre era sencilla de utilizar y había que disponer de un cierto conocimiento técnico para sacar adelante algo más que una foto borrosa. Los móviles con cámara cambiaron el paradigma de la fotografía a nivel mundial. Todo el mundo tiene una cámara de fotos y vídeos en su bolsillo y no son pocos los que la utilizan bien. «Esta democratización de la fotografía es muy positiva. Yo soy un gran defensor de las redes sociales», señala Marín, el cual afirma que las fotos «no son buenas o malas» a tenor de «su calidad técnica». «Cualquier fotografía transmita algo que no deje indiferente me parece válida, aunque esté mal enfocada o desencuadrada», resume como corolario de su visión sobre el arte de la captura de imágenes.

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