Un viaje en el tiempo a través de la geología

Cuando uno se imagina un viaje en el tiempo, evoca en su mente, automáticamente, una especie de cápsula ciertamente aparatosa, en la que accedes y, marcando una fecha o un momento histórico determinado, realizar esa transposición.

Pero el Museo del Alto Bierzo de Bembibre ofrece una experiencia mucho menos futurista pero igualmente efectiva. El paseo por sus pasillos y por sus vitrinas permite viajar millones de años atrás y conocer cómo era la provincia leonesa cuando el mar cubría sus tierras y cuando especies hoy inimaginables poblaban sus lares.

Juan Manuel Rincón es su director y también su impulsor. Más de 1.200 piezas están expuestas en dos salas y hay hasta 10.000 en almacén: «Esperamos poder exponerlas algún día y seguir creciendo».

Después de muchos meses y años recuperando, investigando y obteniendo minerales, rocas y fósiles, se planteó qué hacer con ello. Entonces, hace más de una década, encontró el apoyo del Ayuntamiento de Bembibre para, en la tercera sala del Centro Cultural de la Villa, habilitar este museo.

«Es un museo vivo. Cada vez que vienes, hay algo nuevo. Es algo de lo que nos encargamos, de que este museo se renueve cada vez que un visitante venga a vernos», explica Rincón.

Pero, ¿cómo llegó Rincón a esta pasión? Recuerda que, estudiando en Alicante, fue un profesor quien le metió en el cuerpo el 'veneno' de la geología. «Tenía una colección de piedritas increíble y, cada vez que me la enseñaba, intentaba quedarme con alguna. Así empecé a hacer salidas, recoger minerales, investigarlos... soy un geólogo frustrado, sin cátedra, pero esta es mi pasión».

Y entonces cayó en El Bierzo, en la provincia de León, que ha sido una mina, «nunca mejor dicho», para él. «Es una tierra con una grandísima riqueza fósil y mineral, con distintos bloques geológicos que la convierten en una zona muy variada», explica Rincón, que lamenta que la geología esté «denostada» en el sistema educativo: «Hace años era una asignatura obligatoria, después optativa y ahora ha desaparecido».

No sólo en ese sentido, puesto que también lamenta que haya material «sin investigar» que acabe sepultado en minas que se están restaurando, por ejemplo, por lo que reclama la apertura de «rutas geológicas en las que se pueda conocer ese material de gran interés mineral y paleontológico». En este sentido, el parque geológico Médulas-Teleno, que está superando distintos trámites burocráticos, será un importante paso: «Nosotros ayudaremos en todo lo posible, pero depende de los políticos».

Volviendo al museo, que lo visitan tanto expertos como ciudadanos al uso, «especialmente familias que nos conocen a raíz de los distintos talleres y actividades que hacemos en colegios», su colección es variada y rica.

Cuenta con piedras preciosas, minerales, rocas y fósiles. Y todas ellas de gran valor, pero varias con una riqueza singular. Unas huellas de reptil halladas en Torre del Bierzo, una mandíbula de hiena del pleistoceno o un fósil único en género y especie de un insecto hallado en Tremor de Arriba por un joven leonés, Óscar de Castro, son las más especiales, según Rincón. «Pero todas tienen su importancia y su valor, todas son únicas».

Así es como esta sala expositiva permite viajar a través del tiempo sin moverse de un mismo lugar. El Museo del Alto Bierzo abre la puerta a ese salto temporal a través de los yacimientos y piezas que conserva en sus vitrinas.

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