El Palacín acoge la muestra 'M&M. León, fotografía histórica' hasta el 15 de septiembre

La exposición, que organiza la Concejalía de Acción y Promoción Cultural, en colaboración Instituto Leonés de Cultura (dependiente de la Diputación de León), y la Asociación de Libreros León, pretende reconocer y poner en valor el importante aporte de estos dos grandes maestros de la fotografía leonesa. Además, se hace un repaso de la historia de León desde la época de la Guerra Civil hasta finales del siglo XX con un total de 89 fotografías en blanco y negro.

El legado que aportan los archivos fotográficos y visuales del recientemente fallecido Manuel Martín de la Madrid y de su hijo Manuel Martín Martínez es fundamental para la historia de la fotografía española, y muy especialmente para la reconstrucción de la memoria histórica tanto social como cultural de León.

Siempre le interesó la fotografía; organiza en su casa su primer laboratorio comprando materiales y productos químicos en la prestigiosa tienda fotográfica La Gafa de Oro, donde trabaja un tiempo. En 1937 monta su propio negocio Foto Exakta en la actual calle Ancha. El desarrollo de la Guerra Civil en León y sobre todo la presencia de las fuerzas de la Legión Condor, supuso un impulso muy importante, ya que muchos alemanes compraban los materiales fotográficos y revelaban sus fotografías en ella. Además se realizaban retratos, reportajes fotográficos, trabajos para editoriales gráficas como el Proa, Diario de León, y como corresponsal de la revista El Ruedo. Manuel Martín de la Madrid era el fotógrafo imprescindible en todos los actos oficiales, públicos y de interés social.

Con el tiempo se convirtió en documentalista clave de la realidad de la Guerra Civil en León y también de la postguerra, siendo su archivo esencial para comprender la sociedad leonesa desde 1937 hasta los años ochenta. Su fondo fotográfico tiene un gran valor también desde el punto de vista creativo, ya que cuenta con numerosas obras que se alejan de la fotográfica estrictamente comercial.

Crece entre las fotografías de su padre y su pasión por la música. A partir de 1951 comienza su formación técnica colaborando con él en la tienda y como reportero gráfico. Años plenos de anécdotas, aprendizaje, observación y análisis que desembocarán en una forma muy especial de mirar, trabajar y captar la realidad a través de la imagen. Desde 1953 hasta 1967 su trabajo se centró en la fotografía en blanco y negro tomando como temas centrales el paisaje natural y urbano, los monumentos y el paisanaje desde un enfoque artístico.

De 1967 a 1981 vive una interesante etapa en el proyecto de la Ciudad de los Muchachos en Bemposta (Colombia) desarrollando una intensa y fructífera actividad. Posteriormente regresa a León y funda la Schola Canthorum retomando al mismo tiempo la fotografía e incorporando el color en algunas obras, pero centrándose fundamentalmente en sus dos pasiones la música y la fotografía para crear montajes de imagen y sonido de gran calidad (música-visión) integrando las dos artes en una unidad plena, alcanzando una gran proyección nacional e internacional.