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j.c.
Domingo, 9 de abril 2017, 15:12
En Cerezales del Condado, localidad leonesa situada a 34 kilómetros de la capital, se respira naturaleza. Naturaleza, y vida. De este pequeño pueblo, con 40 habitantes en invierno, apenas se tendría noticia de no ser porque precisamente en él nació Antonino Fernández Rodríguez, uno de los dueños del imperio mexicano Coronita y el hombre que jamás se olvidó de sus paisanos.
Antonino Fernández y su esposa, Cinia González, siempre tuvieron presente la raíz que les llevaba a León por mucho que la actividad empresarial y sus cenizas hoy reposen en tierra mexicana. A su importante labor filantrópica, que incluye todo tipo de actividades generalmente aquellas vinculadas al mundo de la discapacidad, se une la Fundación afincada en su localidad natal.
Al final del pueblo, en las viejas escuelas, se levanta la primera sede de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia. La existencia de esa fundación refleja la pasión de Antonino por su pueblo, al que puso un nuevo alcantarillado y red de agua, el mismo pueblo en el que arregló el cementerio, al que urbanizó la plaza y donde recuperó la ermita, entre otras mejoras.
Nueva sede
Y ahora suma a todo ello una nueva sede levantada para atraer arte y cultura en esa obsesión del multimillonario empresario de reivindicar sus propios orígenes desde la cultura. El resultado final del inmueble es, simplemente, formidable. Madera sobre madera, madera de pino sobresaliente que, desde el exterior, busca una complicidad extrema con la naturaleza. De fuera hacia adentro la complicidad con el visitante es descomunal. Fuera la madera se retuerce, oscurece y se rompe, porque así lo requiere el diseño original, que busca pasar a ser una parte del paisaje.
En el interior, blanco sobre blanco, y madera por supuesto, todo un cajón cultural que se llena de aire de norte a sur y que se abre a mil posibilidades.
De momento, este inmueble moldeado por el estudio de arquitectura Alejandro Zaera Polo y Maider Llaguno, ya es premios de Construcción Sostenible de Castilla y León, y en su apertura se ha estrenado con la exposición 'Walking on and off the Path' del referente del arte contemporáneo Hamish Fulton.
«Es un espacio maravilloso»
«Es un espacio maravilloso», ha asegurado Fulton momentos antes de dar por inaugurado una muestra estrechamente vinculada con León a través de Picos de Europa. En ese paraje se pasó 14 días, tres de ellos durmiendo al aire libre para dejar constancia de una «manera sencilla» que su mundo y su arte es el arte generado «al caminar».
En sus inicios decían de Furton que era una persona «triste y solitaria que caminaba entre la niebla» pero como él mismo ha recordado este domingo nadie acertaba a ver lo que él veía tras esa niebla mientras caminaba.
En la Fundación Antonino y Cinia se puede observar ahora su trabajo en blanco y negro sobre Picos, sobre su arte. Y el artista siente que precisamente en este «maravilloso lugar» sus fotografías también forman parte de un paisaje único.
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