El director general del Instituto Cervantes, Luis García Montero. EP

El desplome de ingresos impedirá al Cervantes abrir centro en Los Ángeles

La suspensión de cursos de español y de actividades culturales provocadas por la pandemia reduce a casi la mitad su autofinanciación

Martes, 6 de octubre 2020, 14:56

Los sucesivos confinamientos de la población provocados desde febrero en todo el mundo por la pandemia de coronavirus han colocado las cuentas del Instituto Cervantes, la institución creada hace 30 años para difundir el idioma y la cultura españolas en el mundo, en una situación ... complicada. «Más que navegar flotamos», resumió hoy su director, el poeta Luis García Montero.

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La extensión del virus obligó a cerrar los 86 centros que el instituto tiene en 45 países y a suspender toda actividad presencial, principalmente los cursos de español para extranjeros y los actos y eventos culturales. El descenso de estudiantes matriculados es del 9%, la caída de la expedición de certificados oficiales de nivel de conocimiento del español alcanza el 50%, y fue preciso suspender 900 actividades culturales, lo que redujo los visitantes físicos en un 33% (265.000 menos).

El resultado ha sido una caída de ingresos por cuotas y matrículas de 18 millones, que para final de año alcanzarán los 25, pues algunas de las delegaciones siguen clausuradas y las que han reabierto están casi sin actividad presencial. Esto supone, nada menos, que perder casi la mitad de la autofinanciación lograda el año pasado y crear un agujero del 20% en el presupuesto.

La delicada situación financiera obligará el año próximo a recortar las actividades culturales que había programadas y sobre todo a retrasar algunos grandes proyectos de expansión internacional. García Montero admitió que está casi descartado que puedan poner en marcha a finales de 2021 el nuevo centro programado en Los Ángeles y que aún deberán esperar más los de Seúl y Washington. Pese a las dificultades, si han podido inaugurar su centro en Dakar (Senegal) -el primero en el África Subsahariana- y están a la espera del fin de las negociaciones entre Reino Unido y la UE sobre el 'brexit' para reabrir el centro de Gibraltar, «que no debió cerrar nunca», según el director.

García Montero indicó que la situación económica no es aún más comprometida porque se logró mantener la continuidad de algunos cursos de español gracias a la docencia digital. Áclaró que el Instituto Cervantes seguirá teniendo como base de su diplomacia cultural la actividad presencial -«porque somos una cultura del abrazo»-, pero añadió que la lecciones del presente y el futuro les empujan a ampliar su oferta digital. De hecho, han presentado al Gobierno «un ambicioso programa de transformación digital» de la institución que aspiran a ejecutar lo antes posible gracias a los fondos europeos que se asignarán a España para la recuperación. Muestra de la potencialidad de lo digital, sobre todo en los países sin presencia física de la institución, es que, mientras la pandemia suspendía actos, más de un millón de personas siguieron sus actividades culturales en línea frente a los 28.000 de un año antes.

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Una lengua «fuerte»

La parte positiva es que García Montero aseguró que el descenso de actividad del instituto se debe en exclusiva a la pandemia, pues «el español como lengua está en un momento de seguridad y fortalecimiento», indicó. Es el idioma que hablan 489 millones de personas, el tercero más usado tras el chino mandarín y el inglés. «El prestigio del español está en un nivel alto», abundó, con fuerte demanda en los países anglosajones, en China, en el África Subsahariana, y en otros como Francia o Suecia. De hecho, comentó, «las caídas en la matriculación de los cursos de español han sido pocas para lo que podían haber sido gracias al gran interés por el idioma».

El patronato del Instituto Cervantes, presidido por los Reyes, mantendrá esta tarde su reunión anual y entre los nuevos designados para formar parte del máximo órgano de la institución estarán la directora de cine Isabel Coixet, las escritoras Cristina Fernández Cubas y Piedad Bonnett, la cantaora Carmen Linares, o el director de la Academia Mexicana de la Lengua, Gonzalo Celorio.

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