Las voces del sector dibujan el futuro del cómic

Borja Crespo, Leticia Aróstegui y Sara I. Belled

Miércoles, 18 de diciembre 2024, 07:08

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«No hay un momento en que empiezas a dibujar, los dibujantes somos aquellos niños que nunca dejamos de hacerlo»

Es una frase de Puño, uno de los ilustradores más reputados de nuestro panorama, con títulos ilustrados como 'Solo para ninjas', '¡Ñam!' o 'La niña invisible'.

Escuchando a Puño parace inevitable compaginar el cómic con otras labores relacionadas con el dibujo para afrontar el día a día profesionalmente.

«Vivo de ilustrar manuales o libros y de vez en cuando me permito el lujo de hacer un cómic»

Lo subraya Álex Orbe ('Los enciclopedistas'), consciente de que darle a las viñetas puede suponer perder dinero.

Viñetas de ‘Los enciclopedistas’, de Álex Orbe

Viñetas de ‘Los enciclopedistas’, de Álex Orbe

Viñetas de ‘Los enciclopedistas’, de Álex Orbe

Viñetas de ‘Los enciclopedistas’, de Álex Orbe

«Vivir de la cultura es difícil, en España y en cualquier parte del mundo…»

Lo dice Paco Roca, un fenómeno editorial que ojalá se multiplicara en nuestras fronteras.

«... Cada autor necesita mucha gente que compre su obra para poder vivir y, desgraciadamente, nunca hay lectores suficientes para todos. La mayoría de escritores compaginan la escritura de sus libros con la enseñanza, la traducción… Lo mismo ocurre con los músicos y, por supuesto, también con los autores de cómic»

Se suma Javier Rodríguez ('Historia del universo Marvel', 'Love Gun'):

«Vivo del cómic desde hace muchos años. No es una vida de millonario precisamente, pero se puede vivir del cómic. Como cualquier otro trabajo creativo, tiene una precariedad importante en nuestro sector, pero eso no quita que se pueda vivir de ello»

Boceto (izq) y portada de un tomo Omnibus de Marvel (dcha), de Javier Rodríguez

Boceto (izq) y portada de un tomo Omnibus de Marvel (dcha), de Javier Rodríguez

Boceto (izq) y portada de un tomo Omnibus de Marvel (dcha), de Javier Rodríguez

Boceto (izq) y portada de un tomo Omnibus de Marvel (dcha), de Javier Rodríguez

Lo antepuesto es una realidad y «no es en sí malo o bueno», argumenta Roca.

«En el mundo del cómic tenemos la oportunidad de profesionalizarnos en mercados como el francés o el norteamericano. Esta es una rareza editorial. Pero la dedicación total tiene sus ventajas y sus inconvenientes y lo mismo el alternar la creación de tu obra personal con los encargos»

El responsable de los dibujos de un superventas de plena actualidad, 'El abismo del olvido', no se cansa de dar charlas y participar en actividades, algunas convenientemente remuneradas. Hay más fuentes de ingresos ligados a la historieta, resalta:

«Vivir de los cómics implica vivir de todo lo que genera tu obra, no solo de los royalties: charlas, talleres, venta derechos… Y encargos de carteles, exposiciones, colaboraciones en prensa y de todo tipo que no me llegarían si no dibujara mis cómics»

Viñetas de ‘El abismo del olvido’, de Paco Roca

Viñetas de ‘El abismo del olvido’, de Paco Roca

Viñetas de ‘El abismo del olvido’, de Paco Roca

Viñetas de ‘El abismo del olvido’, de Paco Roca

Juan Torres, conocido como El Torres, se gana la vida únicamente como guionista, una vertiente a tener en cuenta, «lo que viene a ser como contar cuentos en la biblioteca del barrio», destaca.

«La misma asistencia. Como el público es limitado, excepto alguna honrosa excepción, que siempre las hay, todos los guionistas suelen tener sus ingresos principales de otra vía. Y muchas veces, no viene relacionada con el cómic»

Viñetas de ‘Sangre bárbara’, de El Torres

Viñetas de ‘Sangre bárbara’, de El Torres

Viñetas de ‘Sangre bárbara’, de El Torres

Viñetas de ‘Sangre bárbara’, de El Torres

Además de firmar las historias de títulos como 'Sangre bárbara', 'Camisa de fuerza' o 'Roman Ritual', es editor y socio de Karras Comics. «Nunca fui un editor vocacional», comenta.

«Me hice editor, precisamente, para poder publicar mis historias y mis cosas. Cosas que, por lo visto no interesaban a nadie hasta que, sorpresa, descubrimos que sí»

Descubrió a la par, además, que «era una maravilla ser el único editor español que publicaba directamente en los Estados Unidos, aunque la subida de costes de todo acabase con esa vía antes de que se consolidase».

Y, mientras tanto, dice: «acabas combinando labores, sobre todo si quieres probar senderos que no se suelen pisar».

«Un independiente acaba sabiendo un poquito de todo: de diseño, de rotulación, de preimpresión, de cargar cajas… Y ese 'Jack of all trades' permite que te puedas reubicar en cualquier escalón de muchos procesos»

Él se descubrió, cuenta, «como un rotulista decente».

Albert Monteys, nombre indispensable de nuestra historieta con hits como '¡Universo!' o 'Matadero Cinco', apunta:

«Aunque hay algunos casos de autores que viven del cómic principalmente desde el mercado español, lo cierto es que la realidad de la industria en este país nos ha convertido en un sector de emigrantes artísticos que, para vivir del oficio con dignidad tienen que recurrir a la industria americana o la francesa, donde las ganancias se multiplican por mucho»

Viñetas de ‘Matadero cinco’, de Albert Monteys

Viñetas de ‘Matadero cinco’, de Albert Monteys

Viñetas de ‘Matadero cinco’, de Albert Monteys

Viñetas de ‘Matadero cinco’, de Albert Monteys

Rodrigo Zayas, cuyo talento ha sido requerido, por ejemplo, para la cabecera de la serie 'Zorro' de Prime Video, es más directo:

«No solo es cuestión de compaginar con otras profesiones creativas, en mi caso me ha tocado a veces compaginarlo con el telemarketing o la asesoría inmobiliaria»

Salvo «muy contadas excepciones que resultan más evidencias anecdóticas que referencias viables», explica Zayas, «vivir del cómic en España es imposible». Se salva, dice, «el mercado franco-belga y especialmente del americano, no sin mucho esfuerzo y constancia». Y cada vez «con menos garantías». «Ahora mismo en el último año y medio me han dejado a deber más de 15.000$ entre dos editoriales norteamericanas».

¿Se fusionan profesiones? Responde Zayas:

«Todo es dibujar pero en absoluto se fusionan profesiones, ya que las necesidades de cada una de ellas son muy distintas, incluso sus propios lenguajes»

«El futuro del cómic estará asegurado siempre que existan dibujantes que quieran sacar su primer tebeo»

Lo afirma rotunda la ilustradora Clara Soriano ('Malababa').

Dibujar cómics es una cuestión de pasión, a tenor de las declaraciones de una importante representación del medio. «Creo que ahora mismo lo único que puede cambiar algo la situación del sector es que aumenten los lectores», añade Soriano.

Viñetas de ‘Malababa’, de Clara Soriano

Viñetas de ‘Malababa’, de Clara Soriano

Viñetas de ‘Malababa’, de Clara Soriano

Viñetas de ‘Malababa’, de Clara Soriano

«Que se ponga de moda leer cómic y las ventas aumenten... Aunque igual eso tampoco sirve para mejorar la vida de los creadores. La del sector empresarial, sí»

Un tema peliagudo.

Para Natacha Bustos ('Moon Girl') «se produce más que nunca, quizás demasiado y esto hace que la tirada de cada cómic sea menor y se venda menos por libro, haciendo más precario al autor como individuo que a la industria, que en general es la que se lleva los mayores beneficios».

«Hay muchos nuevos lectores cada año lo cual es esperanzador. Sobre todo en el público infantil y juvenil, que es donde más se vende y donde vemos los reconocidos 'bestsellers', veo más futuro allí»

¿Es rentable el cómic?

«¡Depende de para quién!»

Exclama con cierto entusiasmo, quizás irónicamente, Pedro F. Medina, editor independiente y cabeza visible de Fandogamia, cuyo catálogo cuenta con lanzamientos como los tebeos del videojuego 'Borderlands'.

Viñetas de ‘Borderlands’, de la editorial Fandogamia

Viñetas de ‘Borderlands’, de la editorial Fandogamia

Viñetas de ‘Borderlands’, de la editorial Fandogamia

Viñetas de ‘Borderlands’, de la editorial Fandogamia

«Nuestros autores se llevan un 20% del PVP de los libros, un modelo que nos ha funcionado desde 2012, porque éticamente no me siento cómodo ofreciendo menos. Esto nos obliga a trabajar mucho para vender más, pero ese es mi trabajo»

El problema real es el techo de ventas posibles. No vale con sacar buenos tebeos, hay un límite al que una pequeña editorial puede aspirar, por mucha promoción que se haga. Es una carrera de fondo. «Haces tebeos, con los pies sobre la tierra, no gastando más de lo que tienes, y sigues y sigues», ahonda este incombustible emprendedor, que tiene claro que «cada vez es más difícil conseguir un superventas que aguante en estanterías y siga dando rendimiento varios años más tarde».

Es «la búsqueda incesante de la gallina de los huevos de oro.

«El problema es que por el camino estamos dejando una estela de autores que venden poco y ganan menos. »

Y todas las editoriales siguen sacando y sacando títulos, buscando esos long-seller, o esos best-seller que a veces llegan sin saber por qué y te dan en tres meses lo que el resto del catálogo en un año entero. Y en esa búsqueda incesante de la gallina de los huevos de oro, seguimos publicando todos sin parar. Si no fuera rentable, o al menos sostenible, no lo haríamos. El problema es que por el camino estamos dejando una estela de autores que venden poco y ganan menos. No me siento cómodo con eso, de ahí lo de ofrecer el 20% del PVP, y tratar de humanizar un poco este capitalismo extremo al que nos empujan a participar».

Viñetas de ‘Deshechos históricos’, de la editorial Fandogamia

Viñetas de ‘Deshechos históricos’, de la editorial Fandogamia

Viñetas de ‘Deshechos históricos’, de la editorial Fandogamia

Viñetas de ‘Deshechos históricos’, de la editorial Fandogamia

¿Qué puede cambiar la situación del sector?

«Que a estas alturas se esté publicando tanto, que siga habiendo un espacio editorial y de lectores para los cómics es algo que en los 90, cuando empecé en esto, no hubiéramos adivinado»

Recuerda Albert Monteys, respondiendo a esta pregunta, que «en ese momento la situación era catastrófica y residual» y dice que va a «pecar de optimista» y decir…

«Esto va a seguir así, pero, además, se va a pagar bien a los autores»

El que menos porcentaje se lleva del precio de portada sigue siendo el autor, que invierte miles de horas de su fuerza de trabajo y sin el cual no habría libro. «Los royalties habría que subirlos al doble», demanda Monteys.

«Cada vez que un autor menciona el tema el resto del sector, editores, libreros y distribuidores, arquean las cejas y ponen cara de 'ya están otra vez estos' y eso acaba generando cierta desafección»

Ana Galvañ se muestra optimista:

«Veo un buen futuro porque está creciendo tanto el número de creadores, como el interés y la demanda; así como la consideración del cómic como un arte valioso por los grandes medios y las instituciones»

Ilustraciones de Ana Galvañ

Ilustraciones de Ana Galvañ

Ilustraciones de Ana Galvañ

Ilustraciones de Ana Galvañ

Mientras, el lenguaje del cómic y sus múltiples posibilidades está por explorar como medio.

«Vivimos en un mundo visual, y el cómic tiene las herramientas y la libertad para poder desarrollar cualquier tipo de historia»

Lo dice Paco Roca. «Cada vez llegamos a un público más generalista, cada vez estamos más presentes en institutos… Si consigues romper los prejuicios el cómic es un medio accesible y atractivo para cualquier persona». A raíz del éxito de la publicación de 'El abismo del olvido' se habla mucho del camino abierto al periodismo. Por ejemplo, es una oportunidad para desarrollar los reportajes en prensa mediante otro formato.

«Es un arte relativamente nuevo que, sin embargo, contempla muchísimas posibilidades de desarrollo porque, por una parte, sus códigos son universales e intuitivos, y por otra, la conexión con otras áreas artísticas le permite crecer y expandirse»

Lo desarrolla Galvañ. Y cuenta que «es interesante observar cómo los nuevos hallazgos, generados normalmente en los entornos pequeños y experimentales, van siendo absorbidos por el mainstream. Algo que va calando progresivamente y de forma positiva en el público».

En la actualidad el medio permite el control total de la obra por parte de quien lo crea, sin que muchas manos alteren el proceso de edición. Eso posibilita la creación desde un contexto muy íntimo, al tiempo que su lenguaje permite expresar todo lo que el texto o las imágenes no pueden por separado. Tiene recursos magníficos que pueden lograr la conexión con las emociones, sentimientos y sensaciones más abstractas. Por ejemplo, la elipsis puede ser muy poderosa ya que lo que no se cuenta juega un papel importante, y así entra en juego la capacidad interpretativa de quien lo lee y observa.

«El cómic en papel, aunque considero que siempre tendrá su hueco, va a ir perdiendo peso según vayan desapareciendo las generaciones que están más aferradas al formato físico»

Teoriza Rodrigo Zayas. «La historieta va a seguir su propio camino y seguirá sorprendiéndonos con nuevas propuestas, vengan de donde vengan y como vengan. El mercado editorial, en cambio, sí que creo que va a pegar un cambio importante en un futuro no muy lejano debido a que, salvo mercados como el japonés, el papel está perdiendo fuerza poco a poco y se verá obligado a explorar o impulsar otros medios de creación y distribución con todo lo que ello implica, tanto para el medio en si como para los creadores y personas que trabajan en él».

Viñetas de ‘A Foulness in the Walls’, de Rodrigo Zayas

Viñetas de ‘A Foulness in the Walls’, de Rodrigo Zayas

Viñetas de ‘A Foulness in the Walls’, de Rodrigo Zayas

Viñetas de ‘A Foulness in the Walls’, de Rodrigo Zayas

Mireia Pérez es una de las mentes responsables de la organización de GRAF, feria de cómic independiente y autoedición celebrada en Barcelona. «Las mujeres y muchos hombres que no dibujan cómics, por así decirlo, hegemónicos, corremos continuamente el riesgo de caer en el otro nicho, precisamente por trabajar sobre aquellos temas relacionados con los cuidados, el feminismo, la vida privada, el arte experimental o la sexualidad, por poner algunos ejemplos».

El cómic lleva unos años en un momento creativo dulce.

«Salen cada año un montón de libros sorprendentes, arriesgados y de muchísima calidad, aunque las ventas no siempre lo reflejen»

Lo enfatiza Álex Orbe.

Viñetas de ‘El Invasor’, de Álex Orbe

Viñetas de ‘El Invasor’, de Álex Orbe

Viñetas de ‘El Invasor’, de Álex Orbe

Viñetas de ‘El Invasor’, de Álex Orbe

Paco Roca insiste en ser optimista:

«En estos momentos tenemos la mayor variedad creativa en la historia del cómic y, poco a poco, vamos llegando a un público que antes no era lector. Ese público, potencialmente, es enorme. Ojalá podamos ir conquistándolo con obras que interesen y hagan que la mayoría de lectores se acerquen al cómic»