El teatro San Francisco acoge la proyección de la película 'El Fotógrafo del Pánico' este martes 21 enero a partir de las 20.30 horas dentro del Ciclo 'El Cine de los Capuchinos'
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Böhm interpreta a psicópata que fotografía a sus víctimas ... mientras mueren; es un hombre profundamente perturbado, cuyo desequilibrio hunde sus raíces en la infancia. Su padre, un científico obsesionado por estudiar las reacciones infantiles ante el miedo, destrozó su psique y lo convirtió en un adulto acomplejado y afectado por una demencia demoníaca. El personaje necesita registrar en imágenes el terror que sienten sus víctimas antes de morir. Por eso ejerce la profesión de fotógrafo, para encubrir sus intenciones y poder satisfacer sus morbosos impulsos sin levantar sospechas.
Película dirigida en 1960 por Michael Powell, que pasó con más pena que gloria en su estreno, pero que veinte años después, recuperada por uno de los mayores admiradores del director que es Martin Scorsese, proyectándola en el festival de cine de Nueva York en 1979, se le dio un gran impulso.
Se trata de una película sobre el cine, sus trabajadores y también sobre quien lo vé, los cinéfilos. Podríamos hablar de una obra «underground» hecha para enfrentarse al público e intimidarle. La cámara del protagonista no muestra solamente a un «voyeur» o un caso de scoptofília aguda(necesidad morbosa de mirar), sino también y sobre todo al autor cinematográfico por excelencia.
Los colores, los elegantes movimientos de cámara han influído notablemente en Scorsese, sobre todo en «Taxi Driver» y en las escenas de night- clubs de «New York, New York». «Malas calles» tiene los mismos tonos de luz y comienza con idénticas proyecciones caseras e incluso el mismo movimiento de cámara que se aproxima al objetivo hasta fundirse con él.
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Estamos ante un film que relata una gran frustración con un tono triste y fúnebre. Su singularidad y extrañeza lo acerca más a las temáticas y formas de Antonioni («Il deserto rosso») que a una película de terror convencional. Con claros ribetes Hitchcockianos, Powell explora los mismos tópicos que el maestro, como el lado oscuro del ciudadano anónimo, el voyeurismo, el fetichismo y la fascinación por la muerte.Disfruten de esta joya del meta-cine, un film de culto que seguro sorprenderá a cualquier cinéfilo que se acerque a ella.
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