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El actor Javier Gutiérrez en el Festival de San Sebastián. AFP
«Hay que sacar pecho por el cine español igual que se hace por Nadal»
Javier Gutiérez, actor

«Hay que sacar pecho por el cine español igual que se hace por Nadal»

Su personaje sufre el infierno de las cárceles durante la Transición en 'Modelo 77', filme de Alberto Rodríguez que inaugura el Festival de San Sebastián fuera de concurso

Viernes, 16 de septiembre 2022, 20:22

Javier Gutiérrez (Luanco, 1971) reconoce que su físico de hombre común, de españolito a lo López Vázquez, ha acabado siendo su mejor arma. «Si mañana me diese por ir al gimnasio a ponerme cachas no tendría ningún sentido», se consuela uno de los actores más ... ocupados y brillantes del teatro, el cine y la televisión. En 'Modelo 77' se transforma en un preso veterano que irá tomando conciencia del infierno que se vivió en las cárceles durante la Transición. El filme de Alberto Rodríguez, que ha inaugurado el Festival de San Sebastián fuera de concurso, se estrena en cines el 23 de septiembre.

-¿Qué sintió cuando pisó la Modelo?

-Es muy impresionante. Ya había visitado alguna cárcel haciendo teatro con Animalario. Una de las que más me impresionó fue la de Valdemoro, con una obra sobre la boda de la hija de Aznar. Hacía mucho frío. Y una mezcla de transexuales, presos de etnia gitana, extranjeros… Un mundo perturbador donde se mascaba el peligro en los roces y las miradas. Recuerdo que queríamos irnos enseguida. En las cárceles te llaman la atención los goznes de las puertas cuando se cierran; yo sé que voy a salir en una hora, pero aquí hay gente que no lo va a hacer en treinta años. En la Modelo ensayamos en agosto, con muchísimo sol y calor. Parecía un lugar idílico. Hasta que ves que en el cubículo donde estaba el garrote vil con el que ajusticiaron a Salvador Puig Antich hay un ramo de flores. Eso te coloca en otro lugar, no como actor, sino como ciudadano. Historia reciente de nuestro país. Me venían los ecos de los gritos, de las palizas y el horror que se tuvo que vivir allí durante años.

-¿Llegó a conocer a alguno de los auténticos protagonistas de la historia?

-A Daniel Pont, uno de los líderes de la COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha). Nos ayudó a documentarnos para el guion y nos habló de sus años en la cárcel. Hay mucha gente que se quedó en el camino. Después de lo que cuenta la peli llegó el caballo y el sida. Fue lo más parecido al infierno.

-Sostiene que la Transición tuvo más grises que blancos.

-Hemos sido muy condescendientes. Teníamos muchas ganas de libertad, de salir del agujero negro de la dictadura. Ahora hay un documental devastador sobre la figura del emérito y mucha gente se echa las manos a la cabeza. Si ya se sabía que era uno de los mayores comisionistas, hemos vivido mirando hacia otro lado. No sé si no nos han contado la verdad o no hemos querido saberla. Ya está bien de hablar de la Transición de una forma épica, también tuvo sus momentos tenebrosos y estaría bien saber la verdad.

-¿Le hubiera gustado vivir aquellos tiempos?

-Soy del 71, me crié en un colegio de curas con profesores que llevaban la banderita de Fuerza Nueva. Sufrí la violencia física de los Hermanos de La Salle. Ocurrían cosas hoy inimaginables. Pero si miro hacia atrás echo en falta muchas cosas, el mundo actual me apetece mucho menos. Vivimos muy aprisa, la pandemia nos ha hecho peores. Nos han aniquilado, anestesiado. Y las redes sociales han hecho que no miremos al otro y no seamos conscientes del mundo en el que vivimos. Añoro la música y el cine de entonces, tomar una caña con los colegas, ligar en la barra de un bar y no en Tinder… El mundo ha ido a peor. Lo siento por las nuevas generaciones, que han tenido que sobrevivir a dos crisis. Ser un chaval de 20 años me parece una putada, yo no quisiera serlo. Ojalá tengan suerte, pero soy muy escéptico y pesimista respecto a lo que nos viene. El relato es confuso y mentiroso, y los medios de comunicación tienen mucha responsabilidad. Yo no sé muy bien de qué medio fiarme, trato de leer de todo.

-El mensaje de la película sigue vigente: sin lucha colectiva no hay progresos. Pienso en los bajísimos índices de afiliación sindical.

-Yo envidio que en aquella época se propagara un movimiento entre cárceles tan lejanas. Hoy, teniendo correo electrónico y WhatsApp, seguramente no sería posible.

Miguel Herrán y Javier Gutiérrez en 'Modelo 77'.

-No descubro nada si le digo que está en un momento dulcísimo de su carrera.

-Gracias. Cuando me dicen que soy un actor de moda me río. Soy un actor de teatro que lleva trabajando desde los 18 años, llegué al cine y la tele a los treinta y tantos. No sé si me he hecho un hueco, pero trabajo con asiduidad y ese es el mayor de los triunfos. Es muy duro mantenerse en una profesión con un noventa y tantos por ciento de paro. No pierdo de vista el espejo retrovisor, porque detrás de mí hay muchos compañeros con el mismo o más talento que yo que están esperando una oportunidad.

-¿Su físico ha acabado por ser su mejor arma?

-Sí. Cuando se acerca un joven actor a pedirme consejo le digo que se mire en el espejo de los actores de este país. Yo no tengo nada que ver con Robert de Niro, Sean Penn ni Joaquin Phoenix, a pesar de que me flipen. Yo quiero parecerme a López Vázquez, Alfredo Landa, Fernando Fernán Gómez, Pepe Isbert… Ahí esta mi ADN. Mi aspiración es parecerme a Tony Leblanc, que por la mañana hacía circo, por la tarde teatro y por la noche rodaba. Han desaparecido los tiempos del Café Gijón y el Oliver, las noches desenfrenadas. Fernán Gómez cuenta en 'El tiempo amarillo' que cuando cerraban los bares se iban a la terminal de vuelos internacionales de Barajas o a un tanatorio a continuar la fiesta.

-¿Cree que entonces se respetaba socialmente a los cómicos?

-Este país cuida bastante poco la cultura y mucho menos a sus actores. Hay mucha polarización y la cultura ha salido perdiendo. Eso de que un espectador diga que no va a ver cine español… Si sacas una bandera de España al balcón o un collar al perro, saca pecho igual que lo haces por Nadal. Porque esto es Marca España, y este año más que nunca. Tenemos que sentirnos orgullosos del cine que hacemos, hay una cosecha de grandes y diversas películas.

-¿Cuál es su sueño como actor?

-Seguir trabajando. Me gustaría terminar mis días subido a un escenario. Hay una imagen que me gusta mucho, un espectáculo que hicieron José Luis López Vázquez, Agustín González y Manuel Alexandre en el Reina Victoria. Ver a aquellos tipos que sumaban más de doscientos años… Me gustaría tener ganas de seguir contando historias como hacen Pepe Sacristán o Héctor Alterio con más de ochenta.

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