Alex González: «Si conviertes el ELA en un drama aceptas la derrota»

Alex González nos recibe al teléfono para contarnos como está recibiendo las buenas críticas tras el estreno. Después de esperar unos segundos con una música similar a la sintonía de 'Médico de Familia' nos contesta. «Una buena serie de mi época, aunque mis primeros recuerdos televisivos son 'Oliver y Benji' y 'Dragon Ball', dos series que hoy sería imposible hacer por el ritmo pausado que tienen», así comienza nuestra charla con el actor.

-Ya se ha estrenado '3 caminos' con muy buena aceptación, ¿Piensa que una de las claves ha sido mantener un ritmo más pausado al que estamos acostumbrados en otras series?

-Si, creo que el director ha arriesgado con el ritmo dándole un tiempo más lento cuando hoy en día todo va muy rápido. Ya no solo en cuanto a la duración que son 40 minutos sin publicidad sino que aparte te piden que vaya todo muy 'picado' porque si no el espectador se va.

Sin embargo, en esta serie han arriesgado utilizando otros códigos, es normal que haya planos completos, por ejemplo, de un amanecer. Para sentir la experiencia de ponerme en la piel de un espectador volví a ver la serie completa en un fin de semana y cuando entras en el código que te ofrece te das cuenta que es una serie muy amable y emocionante.

-¿Cómo ha sido meterse en la piel de Roberto (personaje que interpreta en la serie)?

-La verdad es que era complicado defender este personaje pero las cosas que son difíciles si le dedicas tiempo se terminan convirtiendo en un facilitador. Es una cuestión de matemáticas que no me sale el acento mexicano, le dedicó 500 horas más y termina saliendo.

En esas escenas en las que Roberto manifiesta los síntomas del ELA le dedique mucho tiempo a prepararlas. Fui varias veces a un hospital con enfermos de Esclerosis Lateral Amiotrófica para poder practicar las posturas del cuerpo, la voz, etc. Admito que me daba mucho miedo porque son secuencias arriesgadas en las que tratas una enfermedad desconocida y sentí la sensación de que o me sale bien o no vuelvo a trabajar nunca. Pero estoy muy contento con el resultado final.

-¿Le costó llegar a los matices que tiene personaje?

-Ponerme en la piel de un mexicano me costó bastante, pensé que iba a ser más fácil porque se me dan bien los acentos. Pero bueno, al final es una cuestión de ensayar.

Con respecto a la enfermedad la cosa cambia. Mi personaje, en mi opinión, tiene un punto de autocompasión que me costó encontrarlo. Pero hablando con gente que ha sufrido esta enfermedad observe la cuestión de la aceptación. En el momento que tú conviertes esta enfermedad en un drama aceptas la derrota por el contrario no aceptarlo es no ser víctima. Esa fue la clave para conseguir sacar el personaje de Roberto.

-Otra de las complicaciones fue el rodaje que se vio paralizado por la pandemia…

-Empezamos en enero y luego el 14 de marzo se suspendió todo. Tuvimos suerte porque fuimos uno de los primeros rodajes en retomar al grabar todo en exteriores. Fue un regalo, después de estar tres meses en casa, salir a rodar en los paisajes que te ofrece el Camino de Santiago.

De hecho recuerdo que antes de empezar a rodar el director nos dijo -para mí esta serie habla de que la vida es mucho más de lo que vemos- y a la vuelta de la pandemia éramos otras personas que valorábamos mucho más eso.

-¿En qué le ha cambiado la pandemia?

-Me ha hecho cambiar en el tema de vivir el presente. Eso típico que siempre se dice de no pensar en el futuro porque no ha sucedido, el pasado es un lastre, así que hay que vivir el presente; después de la pandemia lo empecé a poner en práctica.

Antes igual me decían cena con amigos y decía -no puedo porque tengo una secuencia mañana- y ahora digo -hay que ir- porque igual la semana que viene estamos confinados.

-¿Durante los meses de cuarentena cambió mucho su vida?

-En el confinamiento no sabía ni en el día que vivía, hasta se me olvidaba que era actor y cuando en dos semanas nos avisan que retomamos ensayos me había olvidado el acento mexicano por completo (risas).

-¿Cómo fue grabar en sitios emblemáticos de León?

-León es un lugar que me encanta y tengo un gran amigo que a su vez es un gran embajador de León, Jesús Calleja. De hecho cuando estuve grabando allí me quede en su casa. Lo cierto es que quedé maravillado con la Catedral, me parece espectacular. No voy a decir la gran desconocida, porque es conocida, pero yo creo que debería de conocerse mucho más.

Y por otro lado, fuimos a grabar a León en plena postpandemia e impone ver la ciudad vacía, me quedó pena no poder recorrerla en unas circunstancias normales.

-Y ahora, ¿en qué está trabajando?

-He terminado el rodar ahora una nueva serie para Netflix que se llama 'Fuimos canciones', basado en la novela de Elísabet Benavent.

-Como última pregunta…Haces de mexicano en la serie y te gusta tocar la batería, ¿no te le estarás usurpando la identidad a Alex González, batería de Maná?

-(Risas) No lo había pensado. Por supuesto, voy a por su puesto de trabajo… (Risas)