Arte y lujo

Christie's busca tesoros en los armarios de las casas españolas

Cualquiera que crea tener algo de valor puede acudir a unas jornadas en Santander para tener la valoración de los expertos de la casa de subastas y, si hay suerte, ganar varios miles de euros

Domingo, 14 de abril 2024, 00:06

Durante una limpieza a fondo de la casa familiar, tres hermanos encontraron una carpeta de ilustraciones que les había legado su abuela. Contenía unos cincuenta «dibujos antiguos y de los siglos XIX y XX». «Vimos que tenían cierta calidad y muchos tenían una inscripción en ... alemán», cuenta uno de los nietos, español sobre la treintena que prefiere mantener su nombre en reserva, como la mayoría de vendedores y compradores de arte. «Para tener una idea del valor me puse en contacto con un anticuario en Madrid, que me aconsejó hablar con un marchante. Le envié tres o cuatro imágenes para una valoración. Me dijo que no tenían ningún interés, excepto uno, que parecía del siglo XVI. Quedamos en que me llamaría, pero pasó el tiempo y tiré la toalla».

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Al heredero se le ocurrió consultar con una casa de subastas. Encontró un correo electrónico en la web de Christie's. Le contestó Adriana Marín, responsable de Pintura Antigua y Siglo XIX de Christie's, a la que envió la foto del dibujo que «sobresalía del resto». «Era una obra de clara calidad», confirma Marín. «Se investigó y se dio con un nombre del autor: David Joris».

Nacido en Brujas (Bélgica) en 1501 y fallecido en Basilea (Suiza) a los 55 años, Joris era un predicador anabaptista, en la época en que a los suyos los encarcelaban y ejecutaban en su país natal. Sus ensayos y cartas fueron confiscados por sus enemigos, y casi nada se había conservado de su obra pictórica. «Me llamaron enseguida para decirme que tenía mucho interés, porque era de un pintor rarísimo», rememora el heredero sobre aquella lámina de 42 x 29 centímetros.

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Estudiada la pieza, un entusiasmado responsable de Christie's viajó para ver el dibujo «al natural». «Dio la casualidad que era un especialista en este autor», asegura Marín. «Dar con el nombre es importante». La puja se hizo en París en mayo de 2022. Salió con una valoración de 40.000 euros y se vendió por 126.000, de los que 100.000 fueron para los dueños, menos una comisión a los subastadores que prefieren no revelar.

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Estos tesoros ocultos en las casas, como el dibujo de Joris que guardaba una abuela entre sus papeles, pueden ser ahora descubiertos en unas jornadas que Christie's hará en el norte de España, en el palacete Deluz de Santander, los días 6 y 7 de mayo. Buscan libros, manuscritos, joyas, relojes, vinos, pinturas antiguas y modernas, muebles, esculturas y fotografías. Casi cualquier objeto del que se sospeche que tiene valor y que quizás tenga un buen tiempo en los armarios familiares. Apuntan a País Vasco y Asturias, sobre todo, pero también facilitan la llegada a Navarra, La Rioja, Burgos, el norte de Castilla y León e incluso Galicia.

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Ciudades convocadas

Bilbao, San Sebastián, Santander, Pamplona, León, Vitoria-Gasteiz, Logroño, Burgos, Oviedo, Gijón, Ponferrada, Lugo, Palencia o Valladolid son algunas de las ciudades en el radio de acción de los especialistas de arte en estas jornadas

«Las estimaciones de cada obra se basan en precios de remate relativamente recientes, alcanzados en el mercado internacional de subastas para piezas equivalentes, cuando las hay», explica María García Yelo, consejera delegada de Christie's en España. «Los aspectos a tener en cuenta son la autoría, la calidad del objeto en sí, su procedencia, su estado de conservación y que haya o no sido ofrecido en el mercado».

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Los propietarios interesados en saber si sus piezas tienen un valor importante, para luego sacarlas a la venta, tienen que seguir algunos pasos para llegar hasta el salón del subastador. Primero tienen que pedir cita. Es posible que les soliciten fotografías «para iniciar la investigación». Los organizadores esperan que acudan unas 150 personas a esta actividad que Christie`s comenzó en 1973, pero que no se celebra «desde hace muchísimos años» y sobre la que no hay registros anteriores. Para los artículos demasiado grandes o pesados se ofrece el servicio 'in situ'.

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Camino al remate

Al conocer el valor de la obra, el dueño debe decidir si consignarla, o no, para que salga a subasta. «En España puede haber cuadros de artistas antiguos, que tienen 200 años en una familia y los herederos no saben qué es. Eso sigue pasando. Por ejemplo, hace poco con una pintura de Caravaggio», sostiene Pablo Melendo, consultor de arte independiente, que trabajó tanto en Christie`s como en Sotheby's. «Pueden encontrarse estas sorpresas en unas valoraciones que no son comunes, porque hay que traer expertos que viven fuera. En cualquier caso, es una buena ocasión para averiguar el valor de las cosas. Igual crees que tienes algo valioso porque es antiguo, pero vale poco porque no es raro». Como este tipo de artículos no suelen tener certificados de propiedad se redacta una carta de compromiso para garantizar una procedencia lícita, explica Melendo. «Si alguien tiene libros de su tatarabuelo comprados en 1750, no tiene facturas. Pero tú firmas diciendo que es tuyo, de buena fe».

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Si los dueños deciden ir al remate, suscriben un contrato donde se especifica en qué sala se ofrecerá: Dubái, Hong Kong, Los Ángeles, Ámsterdam, Ginebra y otras cinco ciudades, pero ninguna española. «El plazo entre la consignación y la fecha de venta puede oscilar entre tres y seis meses de media», calcula García Yelo. «En Santander, cada persona tendrá su momento individual con un especialista, que se tomará el tiempo de examinar la obra, tomar algunas notas y comentar con los clientes el resultado de su primera valoración».

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Elegir el norte de España para buscar tesoros responde a una estrategia, según Melendo: «Al sur iban franceses e ingleses desde el siglo XVIII para comprar colecciones. En Sevilla se descubrió Murillo y las leyes de protección de patrimonio vienen de esa época. Es una región más esquilmada porque ha pasado mucha gente durante muchos años y es complicado encontrar obras de arte. En cambio, en el norte no hay una tradición tan recurrente y no ha sido descubierto al gran público. La gente corriente a veces guarda cosas por temas de herencia. Pueden tener arte del siglo XX o libros y documentos inéditos. Otal vez vienen de familias que fueron importantes en el siglo XVII y ya sólo tienen la casa. Para ellos lo mejor es acudir al experto porque si lo ponen en Wallapop pueden pedir mucho y no venderlo, o pedir poco y hacer el tonto».

Final feliz

Cuando llega la hora, la pieza sale a una subasta que puede durar desde un minuto y media hora «en casos muy espectaculares, en los que la pugna entre pujadores se extiende», dice García Yelo, que calcula que el 85% de los lotes tiene comprador. «En caso contrario, el vendedor tiene la opción de volver a ofrecer la pieza a la venta en una subasta próxima o tener la obra de vuelta. Cada consignación está regida por un acuerdo de venta que, por confidencialidad, no revelamos».

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150 Citas

con expertos son las que se esperan concretar en dos días, más otras cien visitas.

5.700 Millones de euros

alcanzó la casa de subastas Christie's en ventas el año pasado.

Cuando salió el dibujo de David Joris a la puja, la familia que la vendía viajó a París. «Nos lo pasamos bomba. Había bastante gente en sala porque se subastaba un dibujo de Miguel Ángel, que tuvo un remate millonario», recuerda el heredero. «La nuestra fue una puja lenta. Había dos interesados por teléfono y uno en sala. Era una pieza muy singular, que había sido expuesta en Bruselas antes».

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El martillo cayó del lado de un binomio formado por la Asociación Rembrandt y el mecenas Matthijs de Clercq, que la donaron al Museo de Teylers, en Harleem (Países Bajos), especializado en arte flamenco. «Todo fue una alegría, lo vimos con pasión y luego nos fuimos a celebrarlo por todo lo alto», dice. El dato excepcional de quién fue el comprador se conoce debido a que emitieron una nota de prensa cuando expusieron su nueva adquisición. Estuvo un par de meses a la vista del público con el título 'David luchando contra los vicios'. En la promoción a su autor lo llamaban «el hereje más buscado del imperio de los Habsburgo».

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El antiguo dueño, que tiene una de las ilustraciones de la abuela enmarcada en su casa, visitó el centro de arte el verano pasado. «Quería verlo y no me dejaron», asegura. «Los dibujos antiguos los almacenan en carpetas y los sacan de forma ocasional». Reconoce que las demás ilustraciones que heredaron no tienen «valor comercial» pero no descarta su venta en el futuro.

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En estas «jornadas de valoración», los exploradores de arte y lujo tienen «una idea bastante clara de lo que veremos, ya que hablamos con la gente antes de concertar las visitas y valoraciones», apunta García Yelo. La sorpresa siempre es posible. «Solemos descubrir objetos que han podido pasar desapercibidos y que, sin embargo, tienen un valor mucho mayor del esperado», dice. «Por ejemplo, una vez un equipo de especialistas acudió a una casa, en un día muy lluvioso, y el dueño señaló un jarrón chino que usaba como paragüero. Seis meses después, el objeto se ofreció en una de nuestras subastas de porcelana asiática en Hong Kong y se remató en varios millones». Como en un cuento de hadas moderno

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