Isabelle Adjani y Klaus Kinski, en el filme 'Nosferatu' R. C.

Sangre fresca para un mito eterno

CaixaFórum revisa la figura del vampiro con una exposición en la que se muestran 360 piezas, entre ellas los trajes que usó Coppola para rodar 'Drácula'

antonio paniagua

Madrid

Jueves, 13 de febrero 2020, 20:06

Viven de noche y salen de su guarida, del ataúd o de la cripta cuando ya el sol ha declinado. Mitad bestias y mitad fantasmas, se les presenta con dientes afilados, perfectos para morder y chupar la sangre. Dan miedo, odian la luz y son ... sacrílegos y libidinosos. Con estas credenciales, ¿quién querría tenerlos cerca? Pues pese a su pinta pavorosa, los vampiros ejercen una fascinación hipnótica que transciende los siglos.

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Lo saben bien en Caixafórum, que en coordinación con La Cinémathèque francesa explota nuestros terrores con la exposición 'Vampiros. La evolución de un mito'. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 7 de junio en el museo de la Caixa', en el madrileño Paseo del Prado, se compone de más de 360 piezas procedentes de museos y colecciones privadas, entre ellas los trajes que empleó Francis Ford Coppola para rodar 'Drácula' o los que lucieron Tom Cruise y Kirsten Dunst en 'Entrevista con el vampiro'.

Fuertemente entroncada con el cine, la exposición exhibe 15 montajes audiovisuales con fragmentos de más de 60 películas y series, además de fotografías, dibujos y carteles.

El prototipo de vampiro debería suscitar el pánico, pero ejerce sobre nosotros una seducción irresistible. Será porque no envejece, lo cual en estos tiempos es un bien muy preciado. En su variante femenina, las vampiras están más de moda que nunca. En el XIX encarnaban el mito de la 'femme fatale', en el XX eran dulces, demoniacas y atractivas a partes iguales y en la presente centuria su figura se ha transformado radicalmente. Son subversivas y dueñas de su destino.

Matthieu Orléan, comisario de la exposición, cree que en el Romanticismo, cuando cuaja de verdad el mito, el vampiro inspira miedo, emoción que en la actualidad ha mudado a «algo más divertido», lo cual no está exento de connotaciones políticas. Marx llamaba «vampiros» a los capitalistas explotadores y Voltaire a los aristócratas. La metáfora sigue vigente, como se puede comprobar en la muestra, en la que se ven dibujos de George W. Bush, Margaret Thatcher y Angela Merkel relamiéndose la sangre que mancha sus labios.

Hay piezas inquietantes, como un espejo que no refleja la imagen del cuerpo; y fotos premonitorias, como las de un James Dean tumbado en un ataúd acolchado y que fue retratado por Dennis Stock siete meses antes de su muerte. Pero lo que de verdad mueve al espanto es la máscara que se usó para el rodaje de 'Nosferatu', de Werner Herzog. El 6 de marzo habrá una noche vampírica con lecturas, cine, televisión y mucho Bloody Mary. En coordinación con Cruz Roja, los más entusiastas podrán donar sangre y obtener así una entrada gratuita a la exposición.

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