Una finca de Barcelona, investigada por intentar destruir una obra de Guinovart

Los hechos se remontan a mayo de 2021. La noticia corrió por las redes sociales. Expertos en arte que conocían la obra denunciaron públicamente el atropello que se estaba haciendo con la escultura y el mural. El plan inicial de la comunidad de vecinos era cargarse por completo el mural y hacerlo desaparecer. La escultura también les molestaba. Primero, taparon el mural con pintura y empezaron a destruir lo demás. La Fundación del artista, que lidera su hija, denunció el caso a los Mossos d'Esquadra. Durante la investigación, ha trascendido que el atropello fue doble. En un primer momento, los vecinos y el arquitecto ocultaron el mural con pintura y empezaron a derruir la escultura. Pero más tarde, y tras saber que estaban siendo investigados por la Policía, intentaron tapar las vergüenzas para salvarse legalmente, contratando una empresa de restauración para quitar la pintura acrílica que habían colocado y tratar de reparar la parte que habían destruido. Usaron la técnica del 'falso histórico', que no pasó la prueba de los expertos.

El remedio siempre suele ser peor que la enfermedad y desde la fundación del artista denuncian que los daños provocados en la obra son «irreparables». Lo trabajos llevados a cabo para intentar tapar la chapuza pueden además dificultar aún más la recuperación del conjunto artístico. Los Mossos d' Esquadra, mientras, investigan a la comunidad de propietarios y al arquitecto, a los que imputa un delito contra el patrimonio histórico. El caso podría acabar en proceso judicial con penas de tres años de prisión para los autores y multas económicas. La fundación del artista, que ha recogido adhesiones relevantes de la ciudad como el MNAC, el Museo Picasso o galerías de arte, se puso incluso en contacto con los vecinos para tratar de consensuar cómo reparar el destrozo y evitar aún males mayores, pero no recibió respuesta. Seguramente, una nueva portería y más plazas de aparcamiento para las motos son más importantes que una obra de arte, que no está catalogada por ninguna administración, pero que de acuerdo a las pesquisas de los investigadores puede acogerse a la valoración de antigüedad que prevé la normativa europeo por su valor económico y artístico, que la convierten en «emblemática y singular». En la investigación policial hay indicios de imprudencia grave por parte de la comunidad de vecinos y del arquitecto con el único objetivo de deshacerse de la obra