c.arias
Miércoles, 24 de agosto 2016, 18:49
El progreso nunca está reñido con la tradición; al contrario, cuanto más enraizado está, con más vigor crece su interés. Estas palabras, recogidas por Pío Cimadevilla Sánchez, definen el espíritu indagador de Concha Casado Lobato.
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Las banderas ondean a media asta en el Museo Etnográfico Provincia de León en Mansilla de las Mulas, una localidad que alberga más de 2000 publicaciones y cientos de reconocimientos a Concha Casado. Incluso la etnógrafa donó su pasaporte a la exposición. Concha Casado recibió el título de Leonesa del año, premio Patrimonio de Castilla y León o Portectora y valedora mayor de Maragatería. Su dilatada carrera también ha dado lugar a una amplia producción bibliográfica y documental recogida prácticamente en su totalidad en la Biblioteca Concha Casado de Mansilla de las Mulas. Vitrinas que reflejan el respeto de la provincia de León por una mujer que se volcó en la defensa del patrimonio cultural.
La etnógrafa logró construir la historia de una provincia donde se creía que ya se había dicho todo. 1945 fue el año en el que la carrera de Concha dio un importante vuelco. Desde Truchas se dedicó a destapar las costumbres de la comarca, un trabajo finalmente publicado en 1948 bajo el título de El habla de la Cabrera Alta.
Como recoge Pío Cimadevilla, directora del Instituto de Filología Hispánica Miguel de Cervantes, secretaria de la Revista de Filología Españla, jefa del Departamento de Fonética o investigadora en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas fueron algunos de los múltiples cargos de que Concha ocupó a lo largo de su trayectoria profesional.
A partir de su primera tesis doctoral la etnógrafa se volcaría aún más en un proceso de inmersión en las tradiciones más arraigadas de la provincia y de la comunidad. Fruto de su trabajo de campo en 1977 publica León, un libro que hace del folklore leonés un activo desconocido en zonas de la provincia.
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En 1988 Concha decide jubilarse y descansar en tierras leonesas. Años más tarde llegarían los reconocimientos que hoy el Museo Etnográfico Provincia de León guarda con especial cariño.
La biblioteca Concha Casado de Mansilla de las Mulas inaugurada en 2013 no es el único lugar donde se puede acceder a la extensa obra de Concha. Como recoge Cimadevilla «la obra de Casado está presente en el 86% de las bibliotecas públicas y regionales de España». No obstante su legado traspasa frontera dado que bibliotecas como la del Congreso de los Estados Unidos, Francia, Argentina o El Vaticano también dan cobijo a la producción bibliográfica de la leonesa.
En León el legado de la etnógrafa se halla en el Jiménez de Jamúz, en Encinedo o el Val de San Lorenzo. Sin embargo, también colaboró en el proceso de restauración del monasterio de Gradefes, de Carrizo de la Ribera y de San Miguel de las Dueñas.
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Aunque los temas etnográficos e históricos ocuparon gran parte de su tiempo, Concha también dedicó parte de su trabajo en abordar materias relacionadas con la agricultura, la alfarería, el folklore, la religión o los ritos.
La herencia de Concha Casado está más viva que nunca. El museo, radicado en Mansilla de las Mulas, es tan solo uno de las muchas exposiciones puestas en marcha por la etnógrafa. Y es que por más que la sociedad intente progresar, la tradición es la única vía para explicar la evolución.
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