Recital del tenor Ignacio Encinas en en el Monasterio de Gradefes

Encinas estará acompañado por la soprano de Villahibiera Judith Martínez y todos ellos arropados por el pianista Enrique Castro. La entrada es de carácter gratuito hasta completar las 200 sillas del aforo.

El programa elegido para este debut de Encinas en Gradefes es el siguiente:

I PARTE

TRES CANCIONES SUDAMERICANAS:

JURAME

LA PALOMA

TE QUIERO DIJISTE

TRES CANCIONES ITALIANAS:

MAMMA

NON TI SCORDAR DI ME

O SOLE MIO

II PARTE

ZARZUELA

ALMA DE DIOS - CANCION DEL VAGABUNDO SERRANO

EL TRUST DE LOS TENORIOS - TE QUIERO MORENA SERRANO

LA ROSA DEL AZAFRAN - CANCION DEL SEMBRADOR GUERRERO

OPERA

TOSCA E LUCEVAN LE STELLE PUCINI

RIGOLETTO LA DONNA E MOBILE VERDI

TURANDOT NESSUN DORMA PUCINI

El tenor de la voz de fuego

Escuchar a los grandes maestros del canto es un reencuentro con los modelos y un ejercicio de melancolía. Poder disfrutar de su arte, compararlos y admirarlos significa volver a sus años de esplendor, cuando triunfaban en los grandes coliseos de la lírica. Ignacio Encinas mantiene su hegemonía canora a lo largo de los años y su voz atesora un poderío y unos registros envidiables que le han permitido en abril del 2006 superar por votación popular en Radio Clásica dentro de la sección de clásicos populares a tenores de la talla de Plácido Domingo, José Carreras, Mario del Mónaco, en la interpretación del aria de Andrea Chenier come un bel di di maggio donde el tenor leonés tuvo la más alta puntuación de todos ellos antes de dar a conocer su nombre.

Encinas es uno de esos soberanos indiscutibles que ha escrito su nombre con letras de oro en las rutilantes noches de el Real de Madrid, el Liceo de Barcelona, el Arriaga de Bilbao, el Campoamor de Oviedo, la Maestranza de Sevilla o el Palau valenciano, el estadio san Denis en Francia ante más de 150.000 espectadores interpretando el Radamés de la ópera Aida de Verdi, en China, EE.UU. Alemania, Francia, Italia

Voz de fuego, melodiosa y brillante, capaz de sumar sutileza de tono y color a un repertorio cantado a menudo con volu­men implacable y monocromía absoluta. Eco de un tiempo que tal vez ya no vuelva a repetirse. Héroe indiscutible de generaciones de leoneses amantes de la lírica que han visto en su esplendoroso físico y en su portentosa voz al Manrico más romántico, al Don José más apasionado, al Cavaradosi más entregado o al Calaf más persuasivo. Nessun dorma en la larga noche de la ópera. Encinas canta, el resto es silencio.