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Carmen es una chica treintañera que vive en Ronda por trabajo. Cuando se trasladó a la Ciudad del Tajo, creyó que las redes sociales se convertirían en un aliado para encontrar amigos. Facebook, Instagram, TikTok, Badoo... En algunas tenía perfiles y, en otras, los creó ... tras la mudanza. Pero el resultado no fue el esperado. «Sigo soltera y cada mes me entra algún actor famoso o un soldado americano destinado en Irak. No sé por qué, pero siempre están en Irak, están viudos y tienen una niña», confiesa con sorna la joven.
Tras la noticia publicada ayer por este diario, que alerta de una nueva modalidad de estafa protagonizada por supuestas 'celebrities' de Hollywood que buscan benefactores para obras sociales, la joven contó que ella ha recibido hasta cuatro solicitudes de amistad en Instagram del actor Antonio Banderas. «Bueno, de perfiles falsos, obviamente. Uno de ellos me escribió 'Hello' (hola, en inglés) y yo le respondí de cachondeo 'Tú eres más malagueño que yo. Habla español, anda'».
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Carmen asegura que las cuentas desde las que le han pedido amistad usan la misma imagen de perfil de los actores reales, «incluso se apropian de las últimas fotos y vídeos que han publicado», lo que les da cierta verosimilitud. «En realidad, son muy fáciles de detectar porque tienen 200 seguidoras (mujeres) y cinco seguidores; en cualquier caso, un número muy inferior al de los perfiles reales», explica.
Sólo estuvo a punto de caer una vez, cuando le escribió en Badoo un perfil de un chico que decía ser gallego y que le contó que estaba trabajando en Marruecos para su empresa, una multinacional dedicada a la construcción. «Tenía alguna falta de ortografía, pero poca cosa, así que me costó detectarlo. Me contó que se le había bloqueado la tarjeta y me pidió si le podía ingresar 100 o 200 euros porque le había pillado el fin de semana y no podía contactar con su empresa. Le dije que yo no le dejaba dinero ni a mi hermano y me bloqueó. Conclusión: a la gente hay que conocerla en los bares, no en redes», bromea Carmen.
Aunque se trata de dos variantes distintas, el timo del amor y el de las 'celebrities' están íntimamente relacionados porque, como confirman fuentes policiales, ambos son perpetrados por las mismas bandas de delincuentes, que ponen en circulación solicitudes de amistad desde distintos perfiles falsos, ya sea de actores famosos o de un marine anónimo. Se trata de envíos masivos que se realizan a potenciales víctimas de todo el mundo. Si respondes, abres una puerta.
Mientras que en el timo del amor el goteo de denuncias es incesante, el fraude de las 'celebrities' ha sido detectado más recientemente por la policía, con tres afectadas en Málaga que abonaron 75.000 euros -en total- creyendo que hablaban con Denzel Washington, Hugh Jackman o Sam Heughan.
El modus operandi es siempre el mismo. Tras esas primeras conversaciones, el actor pide a la víctima que haga algún donativo a una de sus obras benéficas. Siempre empieza por una cantidad pequeña, entre 200 y 700 euros.
El supuesto actor redirige a la víctima a su agente personal y le ofrece varias opciones de contacto a través de aplicaciones como Meeting, Meeting plus o Private Meeting, modalidad esta última a la que se accede pagando 3.600 euros y permite un contacto personal con el actor.
Sin embargo, una vez abonada la suma, el encuentro se acaba posponiendo con excusas varias como, por ejemplo, la grabación de una nueva película o -y aquí el engaño roza el timo del amor- que ha iniciado los trámites de separación de su esposa.
La relación, a partir de ese punto, empieza a ser secreta, lo que supone una vuelta de tuerca. El supuesto Denzel Washington dice que necesita dinero sin que su mujer se entere para los trámites del divorcio y la víctima llega a crear una cuenta en una web ficticia del actor para hacerle transferencias.
Aunque el argumentario es diferente al de la estafa romance, los timadores insinúan en las conversaciones que esa situación, la de una relación sentimental, puede llegar a producirse.
En ese trance, y cuando la víctima ya está plenamente convencida de que está en la vida del actor, el agente le cuenta que el artista tiene previsto venir a España y que, para verlo, ha de pagar 3.000 euros destinados a contratar seguridad privada con el objeto de que ese contacto personal se pueda llegar a producir. Pero nunca ocurre.
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