Crimen machista: Miguel cortó el cuerpo de Loli en trozos de 5 centímetros cuadrados

La Policía Nacional detuvo el pasado martes a un hombre acusado de haber matado presuntamente a su esposa en San Bartolomé de Tirajana el 18 de abril de 2020, para después descuartizar su cadáver y esparcir los restos en distintos puntos del sur de Gran Canaria durante dos días.

Según la investigación, el sospechoso de este crimen machista, Miguel Gallego Pousada, intentó enmascarar el crimen haciendo creer a las autoridades que su mujer, María Dolores Illán Méndez -o Mari Loli, como era conocida por sus allegados y de 59 años-, había desaparecido voluntariamente, llegando incluso a denunciar su supuesta marcha del domicilio que ambos compartían en la calle Helsinki de Playa del Inglés.

El sospechoso, que en un primer momento reconoció los hechos ante los agentes encargados de la investigación, posteriormente se acogió a su derecho a no declarar ante la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de San Bartolomé de Tirajana, Ana Moreno Valenciano. De momento, se le investiga por un presunto delito de homicidio o asesinato. Este jueves, la jueza decretó su ingreso provisional, comunicado y sin fianza en el Centro Penitenciario Las Palmas II, en Juan Grande.

Este miércoles, una comitiva judicial acudió a un centro comercial de Playa del Inglés y a un supermercado donde el detenido aseguró haber arrojado partes del cuerpo de su esposa. En ambos lugares se encontraron restos humanos. Asimismo, se realizó una inspección en la vivienda donde se produjo el crimen, donde se detectó la presencia de sangre.

La investigación llevada a cabo por la Policía Nacional ha logrado esclarecer este presunto crimen machista, ocurrido en el sur de la isla durante la pandemia de la Covid-19, tras cuatro años de pesquisas. Fue este martes cuando Miguel Gallego Pousada, de 70 años y exguardia civil, fue citado por los agentes para que prestara declaración, inicialmente en calidad de testigo. Sin embargo, durante el interrogatorio, en el que participaron especialistas de la Sección de Análisis de Conducta (SAC) del Cuerpo Nacional de Policía, terminó confesando que había descuartizado el cadáver de su esposa.

Inicialmente, la conversación entre Miguel y los agentes se centró en obtener más datos sobre la desaparición de María Dolores, pero a medida que pasaban los minutos, los investigadores descubrieron que el relato que les ofrecía no era veraz. En un momento dado, detuvieron la entrevista y le comunicaron que esta iba a continuar, pero ya en calidad de investigado.

En este nuevo escenario, y en presencia de su abogado, inicialmente se negó a declarar, pero tiempo después pidió comparecer para reconocer que, al menos, había sido el autor del descuartizamiento del cadáver de su esposa.

Según su relato, el 18 de abril de 2020, protagonizó una discusión con María Dolores. Durante la disputa, dijo que ella le propinó un puñetazo y él respondió de la misma manera, iniciándose un forcejeo entre ambos. Durante el altercado, la mujer cayó hacia atrás y se golpeó la cabeza contra el suelo, lo que, según su testimonio, le provocó la muerte por desnucamiento.

El exguardia civil afirmó que, tras el impacto, esperó varias horas para ver si su pareja reaccionaba, pero al percatarse de que había fallecido, decidió descuartizar el cadáver y deshacerse de él en forma de pequeños restos los días siguientes. Explicó que, durante dos días consecutivos, cortó el cuerpo en fragmentos de un máximo de cinco centímetros cuadrados en el baño del apartamento, los cuales dejaba secar sobre unos plásticos en el salón de su domicilio en San Bartolomé de Tirajana. Según su testimonio, cada vez que salía a la calle, introducía en una mochila varios trozos del cuerpo y los arrojaba en diferentes lugares de la isla.

Tras la confesión, la autoridad judicial ordenó inspecciones, entradas y registros en las zonas donde el investigado aseguró haber dispersado los restos. La primera de ellas tuvo lugar este miércoles en una calle anexa al Shopping Center Tropical, en Playa del Inglés. La comitiva judicial se desplazó al mediodía hasta el punto señalado por Miguel Gallego Pousada y, nada más llegar, encontraron en un parterre del pasillo que lleva a la playa restos humanos sin ningún tipo de ocultamiento y en avanzado estado de descomposición.

Posteriormente, se desplazaron a otro de los puntos donde el investigado afirmó haberse deshecho de restos de su esposa. En concreto, se trataba de las inmediaciones del supermercado Lidl, situado en la trasera de la comisaría de la Policía Nacional en Playa del Inglés, en la calle Alcalde Enrique Jorge. Allí, cerca de unas escaleras, los investigadores hallaron tres o cuatro piezas de huesos bajo unos escombros que habían depositado tiempo después operarios de una obra.

Miguel Gallego Pousada también refirió haber tirado restos de su esposa en un solar contiguo, donde está proyectada la construcción del Siam Park de Gran Canaria, aunque hasta el momento no han encontrado nada allí.

Posteriormente, la Policía Nacional realizó una entrada y registro en el apartamento del sur de la isla donde residía la pareja y ocurrieron los hechos investigados. Una vivienda situada en el número 1 de la calle Helsinki en la que actualmente reside otra persona totalmente ajena a este caso. Los agentes informaron al nuevo inquilino de que iban a realizar unas diligencias en el domicilio y, nada más entrar, encontraron restos de sangre en el baño y el salón donde, según el detenido, se produjo la muerte de su esposa y el posterior descuartizamiento.

Por último, este jueves y después de haber pasado a disposición judicial, los investigadores trasladaron a Miguel Gallego Pousada a la casa donde reside desde hace unos años, en la calle Juan Rejón del barrio capitalino de La Isleta. En este inmueble buscaron las herramientas con las que desmembró a su esposa o la mochila que usó para deshacerse de los restos. Allí estuvieron más de una hora y salieron del inmueble con varias cajas con pruebas o vestigios de interés.

• Temas
• Las Palmas de Gran Canaria