Adrián, el conductor del VTC que rescató a una joven en Málaga: «Si no paso por allí, la violan»

Pasaban unos minutos de las cinco de la madrugada cuando se topó con lo que parecía una riña callejera en la calle Cuarteles. «Al principio, de lejos, pensé que era la típica pelea de pareja. Pero cuando me acerqué vi a dos tipos con capucha y pasamontañas forcejeando con una chica». Adrián no se lo pensó. Su intervención fue crucial para evitar que la joven fuese agredida sexualmente y también para que la Policía Local detuviese a esos dos individuos, tal y como ha adelantado Diario SUR.

Cuando se acercó, Adrián vio claramente desde la furgoneta que uno de los asaltantes se estaba quitando el cinturón y entendió lo que estaba pasando. «Yo me acerqué con la furgoneta y pité», relata el joven malagueño. El sonido del claxon desorientó a los agresores, que soltaron a la víctima. «Ella se quedó en shock. Por un momento, pensó que yo estaba compinchado con ellos, porque conduzco una furgoneta negra de nueve plazas que no lleva ninguna pegatina ni nada en el lateral».

Al ver que la chica no reaccionaba, Adrián abrió la puerta del copiloto y comenzó a gritarle que se subiera al vehículo. «Yo creo que cuando ella vio que no había nadie más dentro de la furgoneta, se atrevió y se montó. Entonces, la tranquilicé diciéndole que era conductor de VTC y que la iba a sacar de allí. Eché los seguros y me marché», continúa el joven.

Nada más subirse al vehículo, la víctima recibió una llamada de una amiga de la que acababa de despedirse y que quería avisarle de que se había cruzado con dos tipos con muy mal aspecto que iban en su dirección. De hecho, y este extremo aún está bajo investigación policial, los detenidos habrían intentado asaltar previamente a otra chica en la explanada de la Estación, junto a Vialia, pero ella consiguió zafarse.

Mientras la víctima hablaba con su amiga, Adrián llamaba una y otra vez a los servicios de emergencias, con poco éxito. Al final consiguió que lo atendieran en el 092, que envió varias patrullas al lugar. «En menos de tres minutos estaban allí», cuenta el joven, que siguió a los agresores para evitar que escaparan. «Iban increpando a la gente, como si estuvieran bebidos o drogados», añade.

El conductor asegura que al salir de la calle Cuarteles se quitaron los pasamontañas y continuaron hasta la entrada del Cercanías próxima a la calle Alemania. De pronto, los dos individuos se dieron la vuelta y comenzaban a dirigirse hacia su vehículo. «El policía local que me estaba atendiendo al teléfono me dijo que cerrara las ventanas y los pestillos. Yo lo hice desde el principio», detalla Adrián.

Antes de que llegaran a la furgoneta, apareció la primera patrulla y los redujo. Los dos sospechosos, ambos marroquíes, de 21 y 24 años, fueron detenidos como presuntos autores de la agresión sexual -al parecer, manosearon a la víctima-. «Si no llego a pasar por allí, la violan», sostiene Adrián. Los arrestados negaron su participación y manifestaron a los agentes que no habían hecho nada.

El conductor de VTC acompañó a los policías locales al punto exacto donde ocurrió todo, lo que permitirá a los investigadores recabar las cámaras de seguridad de la zona para acreditar lo sucedido. También se ofreció a llevar gratuitamente a la víctima al hospital. «Un policía local quiso pagar el servicio, pero me negué», recuerda el joven, que recibió las felicitaciones de los agentes que actuaron. «Uno de ellos vino personalmente a darme la mano y a darme las gracias; tiene dos hijas».

Adrián llevó a la víctima al Hospital Regional para que la examinaran. «Le pedí por favor que denunciara, porque si no mañana le podía pasar a otra chica», afirma el joven. «Ella también me quiso pagar el trayecto, pero no se lo cobré. Me dio mil veces las gracias y me preguntó cómo podía agradecerme todo lo que había hecho». Adrián le dio su tarjeta y le dijo que lo podía llamar todas las veces que saliera de fiesta para que él la recogiera y la llevara a su domicilio, «así me das trabajo y te vas tranquila a casa todas las noches», apostilla.

Adrián desconectó el localizador de la furgoneta durante todo el tiempo que invirtió en impedir la agresión sexual y asistir a la víctima, y llegó muy tarde a la cita con su compañero para el relevo. «Hice una foto (que acompaña a este artículo) para enviársela a mi jefe y que viera lo que había pasado. Por la mañana le expliqué todo y le dije que si lo veía necesario, que me cobrara a mí el servicio. Me respondió que él también tiene hijas, me dio las gracias y me dijo que le parecía perfecto todo lo que había hecho esa noche».