A veces un poco de imaginación basta para Dicen que hasta donde no puede llegar el dinero llega la imaginación. Bien lo saben en el refugio de Vegabaño, en el corazón de los Picos de Europa. Allí a 1.432 metros de altitud ... y aunque pueda parecer increíble se han 'pinado' los bolos.
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Los artífices han sido los hijos del del guarda del refugio y de varios niños de Soto de Sajambre que, con motosierra en mano, han fabricado una bolera en la que los bolos son troncos de madera.
Y de esta forma sencilla y más que económica, los más pequeños de este rincón enclavado en el valle de Sajambre han recuperado una tradición pástoril que poco a poco desaparece de la fotografías del medio rural de la montaña leonesa.
Eso sí, desde el refugio de Vegabaño lanzan un guanta a cualquier benefactor que quiera regalar una bolera «para quitarle la polilla». Sin duda, un enclave único donde disfrutar de uno de los juegos leoneses por antonomasia.
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