

Secciones
Servicios
Destacamos
Los vecinos del concejo de Lena siguen sufriendo los efectos de la obra de la variante ferroviaria de Pajares. La alarma ha saltado ahora en el pequeño núcleo de Cotorraso. Según explican, en este punto hay una ladera del monte que se desliza. «El pueblo se nos viene abajo», aseguraba ayer uno de los afectados, Roberto González. Pero él no es el único; muchos no se atreven a dar la cara alegando que quieren evitar nuevos problemas con el Adif (el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias). ¿Cuál es el problema? «Es simple; parece que se equivocaron en sus cálculos. Creían que el talud levantado iba a soportar el peso de toda una montaña. No ha sido así y ahora los vecinos sufrimos los efectos», agrega el lenense.
En el día a día son apenas una docena los residentes en este núcleo, pero el número crece los fines de semana, pues son numerosas las personas que cuidan allí de sus plantaciones y ganaderías. «Todo empezó hace ya unos meses, cuando comenzaron a retirar tierra de esta zona sobre el talud que amenaza el trazado ferroviario. Tuvieron un grave problema, que la gran pared de hormigón no soportaba el peso de la ladera. ¿La solución? Retirar tierra para evitar su colapso reduciendo esa presión. Pero eso tuvo otras consecuencias; empezaron los deslizamientos de terreno en el pueblo», sostiene González.
Esa retirada de material, apuntan los vecinos, ya dio comienzo hace un año. Pero fue en marzo cuando aparecieron los efectos en forma de importantes grietas en la carretera de acceso al pueblo y en argayos en huertas de la zona. González interpuso una denuncia ante la Guardia Civil por este motivo, pero entonces, señala el lenense, «el problema era otro porque estábamos en pleno confinamiento. Vinieron y arreglaron en parte la carretera, colocando pilotes de hierro para evitar nuevos deslizamientos». Pero los residentes de este núcleo se muestran convencidos de que la ladera seguirá buscando su sitio arrebatado para la vía de la alta velocidad ferroviaria. «Nos dicen que ya está todo solucionado, pero estamos convencidos de que esto cederá en algún momento. No sabemos cuándo, si en uno o en diez años..., pero lo hará».
El temor es latente. «Para rebajar esa tensión en el talud de hormigón ya retiraron, creemos, cerca de 80.000 metros cúbicos, tierra a esgaya», cuenta. Y así ya se han generado estos problemas. «Pero todo se puede agravar; porque según leímos, la intención es sacar unos 200.000 más. Todo se puede venir abajo a pesar de las medidas de contención que se quieren aplicar». De hecho, hace poco el Adif anunciaba el arreglo de la carretera de acceso con la colocación de pilotes. «Creemos que es insuficiente y que no se podrá detener la fuerza de la ladera», agrega.
También se está pilotando para que el gran muro de hormigón pueda aguantar el peso de la ladera que tantos quebraderos de cabeza está dando a los responsables del Adif y, ahora también, a los habitantes de este pequeño núcleo junto a Campomanes. Este muro tiene 30 metros de altura y está fijada por mil anclajes, que son cables de acero que se insertan en el terreno con profundidades variables, de hasta 45 metros. «No va a ser suficiente».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La explicación al estruendo que sobresaltó a Valladolid en la noche del lunes
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.