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Una composición de mercancías de Comsa circulando por la rampa. José Luis Fernández García
La variante tiene planeada a largo plazo una obra que amenaza con cerrarla dos meses

La variante tiene planeada a largo plazo una obra que amenaza con cerrarla dos meses

En una fase futura está previsto migrar la vía del tubo oeste al ancho internacional, maniobra incompatible con el tráfico de viajeros

R.Muñiz

Gijón

Martes, 22 de agosto 2023, 08:38

El Ministerio de Transportes, a través de Adif, cubre las últimas etapas para estrenar la variante de Pajares. La idea es iniciar las últimas pruebas con trenes, las de fiabilidad, el día 28, teniendo en septiembre simulacros de evacuación y formación de los maquinistas. Si ... nada se tuerce, quedaría en manos de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria hacer el último chequeo y autorizar el servicio comercial, algo que el ministerio confía en logar en noviembre.

El hito permitirá llegar al centro de Madrid en tren en tres horas desde Oviedo, tres y media desde Gijón, paso con el que Renfe estará en condiciones de competir con el avión. Esta revolución en los transportes llega también con un sacrificio, según una información que publica el diario El Comercio.

La posición del ministerio es que la variante puede absorber todo el tráfico que ahora circula por la rampa de Pajares. Dado el coste de mantenimiento de la decimonónica vía, su intención es cerrarla. El procedimiento para ello pasa por sacarla de la red ferroviaria de interés general y ofrecerle al Principado y a Castilla y León que se hagan cargo de ella.

El plan, anunciado largamente, apenas suscita contestación, lo que facilita su avance sin un debate público ni estudio de alternativas. Hay una Plataforma en defensa de la Rampa que trata de poner sobre la mesa argumentos de utilidad social, turística y de patrimonio público para conservar la infraestructura.

Problemas logísticos

El debate se ha visto agitado por el descarrilamiento de un mercancías en el túnel ferroviario más largo del mundo, el de San Gotardo. De 57 kilómetros y abierto en 2016, ha servido siempre de referencia para ver cómo enfrentar los problemas logísticos, geológicos y de operativa que encuentra la variante.

El descarrilamiento obliga a reponer ocho kilómetros de vía y 20.000 traviesas del tubo oeste. SBB CFF FFS, la empresa pública que gestiona los ferrocarriles suizos, desvía a los trenes por la antigua rampa, que no fue cerrada al abrir el túnel de base. SBB espera reabrir su 'variante' a mercancías el miércoles, solo por el tubo este. Para el tráfico de pasajeros todo apunta a que hay que terminar toda la obra en el tubo oeste, lo que amenaza con demorar la reapertura al año que viene. ¿Cuál es la razón? Según explica en su web, «el plan de seguridad permite evacuar a los pasajeros por el segundo tubo en caso de emergencia. No se puede garantizar una evacuación segura si solo hay un tubo abierto».

Es lo marcan las especificaciones técnicas que también rigen en la variante. El plan de seguridad del túnel entre Pola de Gordón (León) y Telledo (Lena) fijará que la evacuación caso de incidente se hace por el tubo gemelo. Desde la Plataforma indican que un descarrilamiento como el suizo puede pasar también en la variante, motivo por el que piden también preservar la rampa para contar con una alternativa.

Uno o dos meses de paro

Lo cierto es que la propia planificación de Transportes muestra que la variante afronta a medio-largo plazo una obra que requeriría el cierre a pasajeros. La vía del tubo oeste se ha montado en ancho ibérico, sobre traviesa polivalente. Es una disposición pensada para facilitar en su día una operación en la que se aflojan las sujeciones de un carril, se desplaza hacia el interior, y se lo vuelve a fijar, pero de manera que en adelante solo puedan circular trenes en ancho internacional.

El ministerio mantiene compromisos con la UE para ir a esa migración de ancho en parte de la red, variante incluida, pero tiene argumentos de peso para aplazarla en el noroeste. La migración exige hacerla gradual para no estrangular la red.

Los ingenieros asumen que caso de ir a esa migración, con la técnica y la normativa actual, sería dificil mantener el tráfico de viajeros en tanto dure la obra. Todo apunta a que los operadores deberían hacer transbordos por carretera, como ocurre ahora cuando hay incidencias. La obra para migrar el tubo oeste la estiman entre uno y dos meses.

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