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La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha estrenado este lunes en tren la Variante de Pajares, en lo que es el primer viaje oficial de esta infraestructura.
Si se cumplen las promesas del Gobierno, a finales del próximo año comiencen los viajes comerciales por ... la variante se acabará una agonía que sufren los viajeros que se suben al Alvia para trasladarse de Asturias a Madrid o a la inversa.
El inicio de la actividad viaria en la Variante supone superar los 35 puntos de desperfectos, obras de reparación, deterioros en los cruzamientos, desajustes en las distancias de frenado y el mal estado de la vía y de los materiales, entre otros fallos detectados por las habituales revisiones con un tren fonendo y visuales, entre otros métodos, que recoge una consigna oficial de la Dirección de Seguridad en la Circulación de Renfe.
Las 35 deficiencias del informe obligan a Renfe a hacer circular a sus trenes a menor velocidad de la posible, de forma transitoria, al paso por los tramos afectados. Son 35 zonas de limitación, de entre 30 metros por el riesgo alto que presenta una trinchera entre Campomanes y Puente Los Fierros y 9,4 kilómetros en Santibáñez, por el fin de los trabajos de renovación. 35 zonas que suman algo más de 32,4 kilómetros con limitación de velocidad entre Gijón y León.
De ellas, 14 se sitúan en la rampa de Pajares, entre Campomanes y Busdongo, en donde casi 13 kilómetros tienen limitaciones de velocidad de entre 30 y 70 kilómetros por hora. 12 de los tramos con limitación en la rampa se encuentran en esta situación por el mal estado de la vía, mientras que entre Navidiello y Pajares hay también una curva con desajustes en la distancia de frenado que obliga a reducir la velocidad. En la práctica, la totalidad de la rampa se ve afectada, toda vez que para entrar en un tramo limitado a 30 kilómetros por hora a la velocidad correcta, un tren como el Alvia, que puede superar las 300 toneladas de masa desplazada, tiene que ir reduciendo su velocidad mucho antes.
Así las cosas, los trenes entre Gijón y León vienen registrando retrasos de alrededor de media hora, e incluso en largos recorridos como el Gijón-Castellón Renfe ha venido informando de retrasos de entre 20 y 35 minutos (en los largos recorridos se puede compensar parcialmente un retraso en los tramos de la meseta). Renfe también informó el pasado sábado de retrasos de 48 minutos en un servicio diurno a Madrid y de 110 minutos en un Intercity 4581 Madrid Chamartín-Gijón que, además de los retrasos por las limitaciones de velocidad, sufrió uno adicional a causa «de una incidencia técnica entre Santibáñez y La Robla».
Todo ello se compensará en una pequeña parte con la apertura, mañana, del tramo con andén semisoterrado en León que evitará, como adelantó EL COMERCIO el pasado sábado, la entrada al 'fondo de saco' de León, con un ahorro de tiempo de unos 25 minutos.
La activación de la variante, pues, se hace cada vez más urgente, tanto para agilizar los servicios para los viajeros y convertir al tren en un competidor serio a la carretera y el avión, como para liberar parcialmente de tráficos al antiguo trazado y facilitar así su reparación y renovación si se mantiene para el tráfico de mercancías.
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