Ucranianos en el corazón del Teleno

El sol ya ilumina las faldas del Teleno y no hace demasiado frío para ser octubre. Desde primera hora de la mañana se oyen los gritos de «fuego» y «eficacia» que anuncian el lanzamiento de proyectiles en el campo de tiro de la montaña maragata. El acento español se mezcla con el ucraniano y los militares de ambos países toman posición para no perder detalle de la caída del tiro.

El Teleno es la última parada en la formación de 24 militares ucranianos que durante tres semanas han recibido una instrucción como observadores avanzados. Desde el punto en el que se observa la zona de caída de proyectiles el capitán Núñez Marzán, jefe del módulo, nos explica que esta es la última fase de la instrucción con ejercicios de fuego real sobre el terreno. El objetivo es formar a este grupo como observadores avanzados, una figura que ayuda a los tiradores a tener una visión directa sobre el objetivo y no fallar el tiro.

La primera semana se desarrolló en la base Conde de Gazola, donde los militares extranjeros recibieron la base teórica de lo que aplicarían más tarde en el simulador de artillería de campaña de Segovia. Fue precisamente allí donde los ucranianos tuvieron el primer contacto con los sistemas de armas y proyectiles que utiliza el ejército español, que más tarde podrían utilizar de forma real en el campo de tiro del Teleno.

El grupo de artillería del RACA 11 de Burgos es el encargado de abrir fuego. Más arriba, en pleno corazón de la montaña, los profesionales nacionales se afanan en enseñar a los ucranianos sus procedimientos para alcanzar el objetivo sin fallos y aprovechando al máximo la munición. El objetivo, que apliquen lo aprendido como observadores avanzados en estas jornadas en la guerra contra Rusia.

Esta figura de observador avanzado, que los ucranianos conocen como correctores de tiro, es fundamental. Así lo explica el capitán Núñez Marzán, que destaca la importancia de estos profesionales cuando se realiza un tiro en el que no hay visión directa para el tirador. «Lo que nos da el observador es esa visión directa sobre el objetivo para poder indicarle a los elementos productores de fuego las correcciones que tienen que realizar para poder llevar el proyectil hasta el objetivo», explica al tiempo que se produce uno de los disparos del entrenamiento.

Los materiales de los que disponen los ejércitos varían, así como las modalidades. Pero los procedimiento sí pueden ser compartidos. «La idea es instruirles para que apliquen lo aprendido y aprovechen mejor la munición de artillería de la que disponen», apunta el responsable.

Este módulo de formación forma parte de la Misión de Asistencia Militar de la Unión Europea de Apoyo a Ucrania EUMAM-UA, un programa de la UE que se enmarca en las diferentes iniciativas que desde el inicio de la ofensiva ha ido realizando la Unión, en este caso, de apoyo al ejército ucraniano. En función de las necesidades que exponen las autoridades ucranianas en sus fuerzas armadas, solicitan a la Unión Europea formaciones concretas. «La UE lo oferta a los diferentes países que están implicados en la operación y el país que pueda acometer esa instrucción informa y se pone en marcha el módulo», señala Núñez Marzán.

Y es que en el país del este de Europa, que el próximo mes de febrero cumplirá dos años de guerra con Rusia, tanto material como formación son más necesarios que nunca. Así lo explica uno de los militares ucranianos que ha formado parte de la unidad instruida por el MACA, que asegura que en este momento «falta de todo: artillería, armas y gente».

Es la primera vez que el Mando de Artillería de Campaña asume un módulo de estas características, pero seguramente no sea la última. La experiencia ha sido enriquecedora tanto para nacionales como para ucranianos, que aplicarán los aprendido en el conflicto y que aseguran estar aprendiendo «mucho» de sus colegas españoles.

La sinergia es también positiva para los miembros del MACA, que celebran la oportunidad de estar en contacto con personas «que están en el frente en un guerra moderna». «Este tipo de conflicto parecía olvidado pero ha vuelto a ser una guerra convencional de ejércitos más o menos parejos», cuenta Núñez Marzán, que aprovecha la ocasión de compartir jornadas con los ucranianos para «aprender de la experiencia que tienen de entrar en combate en este tipo de conflictos» en unos días de formación donde aprenden «ellos de nosotros y nosotros de su experiencia sobre el terreno». Tres semanas de formación para una unidad que volverá al frente de batalla con los conocimientos aprendidos en el corazón del Teleno.

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