Los trenes de pasajeros empezarán a circular en pruebas por la variante de Pajares este otoño

A la espera de ver si se cumplen esas expectativas, a pie de obra se están cosechando nuevos hitos en las últimas semanas, tal y como publica El Comercio. Los ventiladores de chorro de los túneles de base (de 24,6 kilómetros cada tubo) y los de Los Pontones (3,8 kilómetros) están ya instalados. Los suministró la asturiana Zitron, y su colocación zanja un pulso técnico que se libraba el en seno de Adif desde 2015, la empresa pública que coordina los trabajos. Tras verificar que los ventiladores del primer proyecto eran insuficientes, un departamento apostó por rediseñar la solución y ejecutar pozos soplantes en la entrada y la salida, como en los túneles de Guadarrama. Finalmente se impusieron quienes consideraban mejor reforzar el diseño inicial poniendo más ventiladores, más potentes, y reforzando la instalación eléctrica para ello.

También se han ejecutado trabajos de lavado a presión de los túneles. Se trata de una labor que tiene su historia. En 2007 la ministra Magdalena Álvarez lideró un viaje de estreno de los túneles de Guadarrama, donde la noticia terminó siendo las nubes de polvo que levantaron los trenes y acabaron entrando en los trenes. Tras tantos años de trabajo en los tubos el polvo acumulado supone un peligro para la seguridad de los equipos.

El sistema de limpieza consiste en ir pasando vagones con mangueras que dirigen el agua a presión en todas las direcciones. Tragsa fue contratada en enero y durante seis meses para que se encargara de asegurar que el agua sucia de cada pasada no acabara contaminando al río Huerna.

El cronograma avanza y a este ritmo la previsión es que en otoño entren en acción los trenes de viajeros a hacer sus primeros recorridos de prueba. Antes de homologar la infraestructura para el servicio comercial es necesario que circulen miles de kilómetros comprobando que todos los subsistemas funcionan correctamente.

El pasado año, cabe recordar, fue el de la culminación del montaje de vías y las pruebas de auscultación geométrica y dinámica para una velocidad de 200 kilómetros por hora. La planificación es que desde septiembre se comience a testar el sistema de control de tráfico ERTMS, el propio de las líneas de alta velocidad. Ahora mismo está activado desde Madrid hasta León y los trabajos para su instalación y activación se han de ejecutar tanto en León-La Robla como en la variante de Pajares (que va de La Robla a Pola de Lena).

Ahora se continúa con un trabajo incesante, con trasiego de maquinaria y operarios que afinan las instalaciones de energía, señalización, protección civil y comunicaciones. Las ménsulas de la catenaria están puestas en todo el recorrido y se ha acelerado el tendido de la línea aérea de contacto en la parte de la infraestructura que aún falta. Hasta que no esté completa y con energía no se podrán hacer circulaciones a mayor velocidad.

Prestaciones reducidas

Ladera abajo del cambiador de ancho ubicado en Campomanes se han ejecutado sistemas de drenaje con forma de 'cola de pescado' para estabilizar el terreno. La reforma de la playa de vías de Pola de Lena y su entronque con la variante también está en su etapa final, y la idea es que quede resuelto en las próximas semanas. Hasta aquí los hitos y avances.

Hay también complicaciones. El tramo anterior a la variante, León-La Robla, estaba sometido a una obra para adaptarlo a la alta velocidad. No será así por ahora. El trabajo ejecutado dejó sin hacer parte de las transformaciones y se sigue redactando el proyecto que lo culmine. Solo cuando se ejecuten esos remates el Adif adaptará también al ancho internacional el pasillo ferroviario soterrado estrenado en León para los trenes a Asturias.

Una consecuencia de ese retraso es que al menos hasta 2024 los trenes que circulen al norte de León lo harán en ancho ibérico y con restricciones por obras en León-La Robla; en la variante no se aprovechará la instalación en ancho internacional ni el cambiador de Campomanes.