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En abril de este mismo año nació la Coordinadora en Defensa del Territorio en León, una agrupación que pretendía aunar a los colectivos ecologistas de la provincia bajo un mismo objetivo: luchar contra la proliferación de parques eólicos y fotovoltaicos. Tuvieron su primer gran éxito el pasado mayo, cuando 200 personas clamaron en la plaza de Botines contra el «pelotazo especulativo». Ahora, tras afrontar algunos problemas en su seno con las organizaciones ecologistas tradicionales, continúan su proceso de concienciación contra un sistema económico que «está colapsando» y poniendo en riesgo la «supervivencia» del planeta.
La lucha sin cuartel contra las renovables que están siendo instaladas en el campo leonés no sólo es una defensa del paisaje, el medioambiente y un estilo de vida ya agotado. Si no que desde la Coordinadora apuntan a más alto y ponen su foco en el cambio climático. A juicio de Antonio Gómez y Germán Valcarce, portavoces de la agrupación, los seres humanos ya hemos sobrepasado los límites del planeta y la única opción es la de «decrecer». No buscar alternativas energéticas más limpias y renovables. Para la Coordinadora eso no funcionará, todo lo que no sea reducir el consumo energético radicalmente supondrá un «suicidio ecológico». Para la asociación ya vamos tarde, por lo que León no se puede permitir un sólo proyecto más de eólica, fotovoltaica, biomasa o cualquier otro sistema destinado a la producción energética.
-¿Con qué objetivo nace la Coordinadora?
-Con el afán de aunar a diferentes colectivos de la provincia que se encontraban luchando contra agresiones de tipo extractivistas, pero que estaban descoordinadas y se reunían por separado. Entonces, algunas agrupaciones pensábamos que era necesario abrir un espacio conjunto, que la gente implicada se conociera entre sí y sumar fuerzas para oponernos a la explotación indiscriminada de los recursos de la provincia, que no tiene otro objetivo que el mantenimiento de un sistema económico que está colapsando.
¿Estamos llegando a un punto límite?
-Sí. Se están sobrepasando muchos límites biofísicos del plantea y estamos viendo a qué temperaturas estamos llegando actualmente, temperaturas en el mes de octubre que hace tan solo cinco años eran impensables.
-¿Por qué la instalación de energías renovables es un perjuicio para provincias como León?
-Porque estamos en una crisis ecosocial de sobrepasamiento que nosotros entendemos que, sobre todo, afectana las provincias de la España vaciada, ya que son lugares donde el capitalismo va a entrar a saco para extraer los últimos recursos para seguir manteniendo una década más lo que pueda ofrecerle un poco más de oxígeno a un sistema finito.
-No está siendo un inicio de vida sencillo, parece que algunos grupos ecologistas se han bajado del barco.
-Tras la concentración de mayo hubo presiones por parte del ecologismo oficial. Se presionó a los grupos que participaron en la manifestación, ya que el ecologismo reformista siente que se le está desplazando en la toma de decisiones. Ahora mismo hay un conflicto importante dentro del mundillo, ya que buena parte del mismo consideramos que las grandes ONG -las conocidas como las 5G: Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greepeace, Seo/Birdlife y WWF)- no están dando la batalla en contra de la instalación de eólicas y fotovoltaicas.
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E. S. Domínguez
-¿Están en contra de la instalación de energías renovables?
- Sí, no hay que intentar sustituir unas energías por otras. Hay que ir hacía un modelo reduccionista en el que consumamos menos energías. Ya hemos sobre pasado los límites del planeta. En 2022 hemos emitido un 1% más de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 2021. Además, hablamos de renovables, habría que decir falsas renovables. La construcción de eólicas y fotovoltaicas llevan aparejados un gasto de combustibles fósiles desde la construcción hasta la instalación. No son energías limpias.
-¿Y qué hay de la transición energética?
-No se está llevando a cabo ninguna transición energética. No la va a haber. Lo que estamos viviendo en León es un pelotazo económico apoyado en los miles de millones de los fondos europeos.
-¿Una reducción en el consumo de energía no repercutiría en una pérdida en la calidad de vida?
-Hay estudios a través de los cuales se constata que en los años 70 y 80 se consumía un 10% menos de energía que ahora y el nivel de bienestar social no era tan diferente al de ahora. Lo que tenemos que tener claro es que el incremento del consumo de energía a lo único que nos lleva es a un camino sin salida.
-Parece una decisión radical difícil de imagina, ¿cómo se conseguiría eso?
-Primero necesitamos llevar a cabo un debate sobre la energía que podemos consumir. Los combustibles fósiles son cada vez más escasos, por lo que debemos abandonar la combustión de alguna manera, o dejarla para satisfacer necesidades básicas. Por otro lado, estamos generando más energía eléctrica de la que puede asumir la red eléctrica. De hecho, los propios datos de la red nos indican que el consumo de electricidad ha descendido en España en los últimos 15 años, por lo que no tiene sentido que sigamos creando energía eléctrica a través de fotovoltaicas y eólicas.
-¿Este decrecimiento que ustedes defienden pasa por la acción individual?
-Sí y no. Podemos cambiar nuestros hábitos individuales, por supuesto, pero la acción debe ir orientada a reducir el consumo innecesario de elementos que no son necesarios. Por ejemplo, dejar de consumir cosas fabricadas en Chinas o muy lejos del lugar donde se demanden. Regresar a la producción y al consumo local. Hay que cambiar la deriva, poner fin a una dinámica que pasa por dar carpetazo al capitalismo. El problema es que el metabolismo del capitalismo nos lleva a un crecimiento infinito que no se corresponde con los recursos de un planeta que ya está sobrepasado.
-¿Por qué las renovables están viviendo una expansión tan notable en provincias tan despobladas como las de León donde, a su juicio, no hace falta una mayor producción energética?
-Porque es más fácil convencer a una junta vecinal que llevarlo a un pleno de ayuntamiento. Además, los terrenos son más baratos y, por tanto, hay una menor oposición a venderlos o alquilarlos.
-Ustedes han señalado en alguna ocasión que las multinacionales son las que están detrás de todos estos nuevos parques. ¿Cuáles tiene una mayor implantación en nuestro territorio?
-Lo cierto es que conocer quién está detrás es muy complejo, ya que la construcción suele llevarse a cabo por pequeñas subcontratas, mientras que finalmente la compra de la infraestructura, una vez finalizada, es adquirida por grandes corporaciones como Green Capital.
-Su oposición no sólo se limita a las eólicas y fotovoltaicas, si no que también tienen una visión crítica como los proyectos de la planta de biomasa de La Robla, prevista para 2024, o el complejo de renovables con biogás e hidrógeno verde en León capital para 2026. ¿Qué debería hacer la provincia con estas construcciones?
-Habría que paralizarlos. El último trabajo de Carpintero y Castro demuestran que las falsas renovables -eólicas y fotovoltaicas- tienen una tasa de reposición energética menor de 3 a 1. La más alta es la hidroélectrica con 7 a 1. Esto nos indica que no merece la pena lo que producen para lo que se gasta en su construcción. Y el tema de la biomasa es un suicidio, porque es quemar cualquier cosa para conseguir electricidad. Por ejemplo, en el caso de La Robla se supone que van a quemar cañote de maíz, pero primero habrá que saber si hay 290.000 toneladas de cañote en la provincia. También sería interesante conocer cómo lo van a tratar, compactar y secar. Porque si es así, habría que hacer un estudio para conocer el retorno energético que tiene y si el balance es positivo. Por otro lado, la biomasa afecta a la salud de las personas; un estudio catalán de hace dos años demuestra que el 75% de las células pulmonares mueren al estar expuestas a los gases procedentes de quema de biomasa, frente al 35% de las mismas expuestas al tráfico de los automóviles.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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