En medio de la noche, apareciendo entre la oscuridad, las almas en pena han vuelto a recorrer las calles de la localidad leonesa de Riaño. Hacía tiempo que no se las intuía en este recorrido, silencioso, tenebroso, estremecedor por momentos.
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Fundiendo la ... noche del viernes y el sábado la localidad leonesa ha recuperado la tradición de las 'Güeste de Ánimas', acto de la mitología leonesa donde las ánimas partiendo de su impresionante iglesia románica han vuelto a recorrer las calles para reprochas a los vivos sus faltas, anunciar la muerte o cumplir una pena impuesta en el más allá.
A su paso, oscuridad y un cierto temor entre cientos de personas que vieron, con sorpresa, como la lluvia se detenía al paso de las almas de pena y animaba a ver la muerte cara a cara.
«Dan un poco de miedo», aseguraba a su paso Pilar y Vanessa, llegadas desde León para presenciar una tradición perdida en el tiempo y que ahora se puede volver a disfrutar.
Y al paso de las almas, el silencio y la oscuridad porque Riaño quiso ser cómplice desde el primer momento suprimiendo el alumbrado público y metiendo a la localidad de lleno en un tenebroso desfiles.
La iniciativa de este viernes es fruto del trabajo de la Asociación Cultural Montaña de Vadinia, continuando con su labor de poner en valor y recuperar las tradiciones leonesas de la Montaña de Riaño.
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La mitología leonesa ha sido el motivo para incentivar este desfile de no vivos que por momentos ha llegado a impresionar.
La Güeste de ánimas en León o Salamanca o Estadea en Zamora es una procesión espectral de ánimas en pena, ataviadas con mortaja blanca o negra, que en las noches del mes de los santos recorrían los caminos saliendo de cementerios o iglesias.
Su labor, reprochar a los vivos faltas o errores cometidos, anunciar la muerte o cumplir una pena impuesta en el más allá, buscando la redención de sus pecados. Una tradición cuya primera referencia en la Región Leonesa se encuentra en el auto de los desposorios de Moysen, escrita en Salamanca alrededor de 1570.
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La palabra Güeste proviene de la expresión Hostis Antiqua («el ejército antiguo»), cuyo origen se remonta a los pueblos nórdicos, como una hueste o ejército de guerreros muertos del panteón pagano, según asegura la organización en un comunicado. Otros estudios citan como origen de esta leyenda en el día del Samhaim, de los pueblos celtas, cuando los muertos volvían al mundo de los vivos por unas horas.
Esta creencia pagana, con el cristianismo pasó a convertirse en lo que conocemos como procesión de almas en pena. Almas atrapadas en el purgatorio que solo con misas y oraciones lograrán salir de él. Al paso de la Güeste debes protegerte para que no te arrebaten el alma, marcando un círculo en el suelo con sal, tiza o una rama de tejo y metiéndote en él.
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