Monasterio de Lorvao. Uno de los más importantes del Norte de Portugal, refundado por la reina Teresa con la regla de Gradefes Siro Sanz García

Iberismo: Portugal y Cistierna

«Cuando los españoles hablan de una posible unión ibérica, nuestros vecinos se echan a temblar»

Miércoles, 6 de diciembre 2023, 09:14

Cuando los españoles hablan de una posible unión ibérica, nuestros vecinos se echan a temblar. La unión ibérica va en contra de los sentimientos nacionales más profundos de los portugueses. Es un movimiento errado que ofende el ánimo de la nación hermana.

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Los portugueses a ... pesar de los pesares y de alguna traición por parte española, respetan y aman a España, pero, también se saben pertenecientes a una de las naciones más antiguas y orgullosas de Europa. Cuando se aborda el tema del iberismo desde una mentalidad o posición histórica castellana, se elude un error de bulto, un equívoco histórico que los portugueses tienen muy en cuenta.

Placa conmemorativa del hermanamiento de Peñacova y Cistiern en el año 2017. Siro Sanz García

Portugal nunca tuvo fronteras con Castilla, sí con León; reino del cual nació Portugal, Castilla y España. Los portugueses diferencian muy bien entre Galicia–León, territorios con los que comparten una genética histórica profunda, de Castilla, a la cual identifican con España. Hace algunos años Cistierna, se hermanaba con la villa portuguesa de Peñacova. El motivo era la relación de la villa montañesa y su patrón S. Guillermo de Peñacorada, con Santa Teresa de Portugal (Coímbra, 4 de octubre de 1176​​-Lorvão, 18 de junio de 1250), esposa que fue de Alfonso VIII de León. Teresa de Portugal, funda con las reliquias del eremita de Peñacorada, el monasterio de S. Guillermo de Villabuena en el Bierzo.

Más tarde, refundará con la regla que entonces gobernaba Gradefes, el gran monasterio de Lorvao, en las proximidades de Coímbra. Ese hermanamiento ha caído en total olvido. No estaría mal que la concejalía de cultura de Cistierna reanudase, de nuevo el contacto con el municipio portugués, tan unido a la villa de Cistierna por un lazo invisible que, aunque desconocido por muchos, dura ya 800 años.

Es de agradecer al Ayuntamiento de Cistierna y a los representantes de la oposición la hospitalidad, el esfuerzo y el carácter oficial que entonces dieron a un acto nacido y propiciado desde la tradición espiritual que irradia del Macizo de Peñacorada, sobre todo, en estos tiempos de secularización, ramplones y combativos. Hospitalidad y cooperación a su tiempo, generosamente correspondida por el Concejo de Peñacova y su cámara municipal. Los pueblos y sus gobernantes, se honran en la medida del respeto que muestran a sus tradiciones, probadas una y otra vez con el paso de los siglos, tradiciones que hunden sus raíces en sentires espirituales, profundos y antiguos, como la raíz de las montañas que nos rodean.

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No en vano, todos nosotros somos leoneses, hijos de una tierra agreste y dura, lugar donde tuvo inició la nación de los españoles e incluso la nación portuguesa, nacida también del fecundo tronco leonés, cuando el resto de la península era ya perdido en el fulminante avance hacia el Norte del otrora combativo Islam hispano.

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