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La provincia de León recibirá una inversión de 7.354.486 euros para la creación de una red de cinco Centros Logísticos Comarcales de Biomasa Forestal, tal y como ha confirmado el director general de infraestructuras y sostenibilidad ambiental, José Manuel Jiménez.
De estos cinco ... centros, tres de ellos serán financiados por la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León, Somacyl, los cuales estarán ubicados en Almanza, Llamas de la Ribera y Castrocontrigo mientras que los otros dos se construirán en Fabero y Villablino. Los dos últimos serán sufragados en su totalidad por el Instituto para la Transición Justa.
El objetivo de estos centros será 'alimentar' las plantas de generación de electricidad o redes de calor urbanas de la provincia como pueden ser la planta de biomasa de Cubillos del Sil o la caldera de calor de León, en Puente Castro, entre otros puntos como Ponferrada.
Los Centros Logísticos Comarcales, CLC, construidos por Somacyl –Castrocontrigo, Llamas de la Ribera y Almanza– tendrán un coste de 1.468.985,6 euros cada uno y se financiarán con fondos de Transición Justa al 70% mientras el resto procederá de las arcas de Somacyl. Precisamente, Castrocontrigo empezará a funcionar en el primer trimestre de 2025, Llamas de la Ribera en el segundo trimestre de 2025 y Almanza en el último trimestre de 2025.
En esta línea el Boletín Oficial de la Provincia, BOP publicó la cesión del Ayuntamiento de Almanza de una parcela en el polígono industrial del municipio para dicho fin. Según ha explicado el alcalde, Javier Santiago Vélez una vez entre en funcionamiento el centro «toca crear nuestro propio tejido y estimular la creación de empresas dedicadas a la limpieza de nuestros montes, generar una economía forestal que, por otro lado, consigue reducir el combustible en los montes y prevenir incendios», defiende el regidor.
En el caso de Llamas de la Ribera, la cesión de suelo ya está hecha. Se situará en el entorno del camino de Los Barreales y contará con una superficie superior a tres hectáreas en la que se instalará una nave de 300 metros cuadrados para albergar la maquinaría, oficina, servicios y un área de mantenimiento.
En el caso de Villablino y Fabero, las nuevas plantas serán puestas en marcha con el 100% de Fondos de transición Justa y comenzarán su actividad en 2026. Así, el de Fabero supondrá una inversión de 1.496.396,21 euros mientras que el de Villablino costará 1.451.133,34 euros. El proyecto de la comarca de Laciana, tal y como ha destacado el alcalde Marios Rivas, se ubicará en Orallo, concretamente en las antiguas instalaciones mineras del grupo Peñas, «a través de ese convenio de cesión que se ha cerrado con la Junta Vecinal de la pedanía para que esos terrenos estén a disposición del Ayuntamiento de Villablino», dando una segunda oportunidad «a una zona degradada como es el grupo Peñas», asegura Rivas.
En cuestión de empleo, cada CLC supondrá la creación de dos puestos de trabajo directos y otros 16 en las labores de corta, acopio, astillado y transporte de la biomasa, es decir un total de 90 puestos de trabajo entre toda la red. «Esta cifra podrá aumentar en función de la acogida de esta oportunidad de trabajo por parte de las empresas y autónomos de cada comarca forestal», destacan desde el Somacyl donde aseguran que a este empleo directo se suma el empleo indirecto generado por el transporte y utilización de la biomasa en los centros de consumo (industria y redes de calor).
Por otra parte, energéticamente supondrá la sustitución de combustible fósil por biomasa forestal –100.000 toneladas entre los cinco CLC–para la generación de calor y electricidad. Con esta biomasa se alimentarán las redes de calor de León, Ponferrada y la central eléctrica de Cubillos del Sil, generando un total de 360.000 MWh de energía renovable al año.
Según explican desde la dirección de sostenibilidad ambiental, estos centros supondrán tres importantes ventajas medioambientales como son incentivar la limpieza de los montes mediante la intensificación de tratamientos selvícolas mejorando la gestión forestal de estos, así como reducir el combustible en los montes, y en consecuencia la capacidad de propagación de los incendios forestales. Por último, los restos vegetales al ser valorizados como astilla forestal, sustituyen a combustibles fósiles, reduciendo considerablemente las emisiones de CO2.
Así, estas nuevas plantas de biomasa desempeñarán tareas de transformación (astillado), secado, almacenamiento y distribución de la materia orgánica vegetal que salga de las comarcas forestales de influencia.
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